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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 309 SEP 2014

Pepe Díaz asegura que ha visto una clara evolución en los uniformados del Ejército español desde que les vio por primera vez en la guerra hace 20 años. «He notado mucho progreso», afirma, antes de explicar que se percibe claramente la «profesionalización» de las Fuerzas Armadas españolas. En línea con la misión de asesoramiento que realiza el EAT de Travnik, el contingente destinado en el Cuartel General de EUFOR en Sarajevo cuenta con un comandante y un brigada destinados en la sección de Creación de Capacidades y Entrenamiento, que tiene como objetivo apoyar a las Fuerzas Armadas bosnias para lograr que tengan capacidades y cualidades equiparables a las de los países de la Alianza Atlántica. AYUDA EN LAS INUNDACIONES El comandante Francisco Javier Muñoz es el más veterano de los militares españoles encuadrados en el centro de mando de EUFOR y, desde las gravísimas inundaciones que sufrieron Bosnia y la región de los Balcanes en mayo de este año, ejerce como enlace español con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y con la misión comunitaria para canalizar las peticiones de ayuda humanitaria. Muñoz, que trabaja como analista de Producción en la División de Inteligencia y Análisis de la misión europea, destaca el trabajo que ha realizado EUFOR para apoyar a las autoridades y las Fuerzas Armadas bosnias a paliar las consecuencias de las inundaciones, «las más graves registradas en más de 100 años». El comandante resalta la capacidad de reacción que demostró EUFOR ante la catástrofe, cuando decidió «transformar» sus maniobras conjuntas con las Fuerzas Armadas bosnias —el ejercicio Quick Response 14— en una operación de respuesta «adaptada a la situación humanitaria», empleando su personal y sus medios para ayudar a las autoridades a paliar las graves consecuencias de las lluvias. En total, las fuerzas de la Unión Europea desarrollaron en veinte días unos 80 proyectos trabajando «codo con codo» con los militares bosnios para ayudar a la población civil afectada por las inundaciones. El estreno de fuego de las Fuerzas Armadas españolas en el exterior EL 15 de noviembre de 2010, el Rey Juan Carlos recibía en la base aérea de Torrejón a los últimos efectivos españoles de la operación Althea de la Fuerza de la Unión Europea (EUFOR) en Bosnia-Herzegovina. Ese día, España concluyó formalmente una obra de más de dieciocho años, fruto del trabajo de más de 46.000 soldados. Nuestras tropas llegaron a Bosnia en 1992, y permanecieron en todas las fases de la operación. Participaron en la Fuerza de Protección de la ONU, UNPROFOR, para proteger a la población y favorecer la evacuación de civiles. Después, tras la firma de los acuerdos de paz de Dayton, estuvieron a las órdenes de la OTAN, en una misión de imposición de la paz y de reconstrucción. Y, finalmente, pasaron a las órdenes de la Unión Europea. La finalidad de EUFOR-Althea era asegurar el cumplimiento de los aspectos militares de los Acuerdos de Dayton. La mejora de las condiciones de seguridad en el país permitió que en febrero de 2007 la Unión Europea iniciara una reducción progresiva de efectivos. Finalmente, el Consejo de la Unión Europea del 25 de enero de 2010 aprobó transformar la operación en una misión no ejecutiva de entrenamiento y asesoramiento de las Fuerzas Armadas de Bosnia-Herzegovina. A lo largo de casi dos décadas, los militares escoltaron a más de 6.000 convoyes; transportaron más de 250.000 toneladas de alimentos, medicinas y ropa; ayudaron a miles de desplazados a regresar a casa; desactivaron cientos de minas; y fueron esenciales en el proceso de reconciliación. Veintidós militares y un intérprete entregaron su vida por la misión. Los últimos fallecidos fueron el teniente Santiago Hormigo y el sargento Joaquín López, que murieron el 19 de junio de 2008 al estrellarse el helicóptero en el que viajaban. El accidente tuvo lugar en la localidad de Travnik, la misma en la que ahora trabaja el equipo de asesores españoles en el TRADOC bosnio. El oficial español no duda en elogiar la capacidad de«trabajo en equipo» de la misión de la Unión Europea y recuerda que tiene por delante el reto de apoyar en materia de seguridad a las autoridades en la celebración de las próximas elecciones en otoño. El comandante Muñoz y el teniente coronel Luzón se llevan una conclusión idéntica de sus meses de despliegue en Bosnia-Herzegovina: su misión se ve favorecida por el trabajo que han realizado desde hace más de 20 años las Fuerzas Armadas españolas en este país balcánico. «Nos tratan muy bien porque nuestros compañeros que estuvieron todos estos años, desde la primera agrupación en 1992, siempre han sido profesionales, imparciales y han sabido conseguir que la población nos tenga aprecio», concluye Luzón. Borja Díaz-Merry (Sarajevo/Travnik) Septiembre 2014 Revista Española de Defensa 29


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