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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 309 SEP 2014

El plasma se conserva a una temperatura de -25 grados centígrados, mientras que las plaquetas tienen que ser transportadas a -75 grados para llegar en óptimas condiciones a su destino. estuvo preparado para recibir los derivados de la sangre a bordo ya que existía la posibilidad de que participara en la operación Atalanta a su paso por el océano Índico. Finalmente se canceló su participación en la misión contra la piratería y no fue necesario que recibiera sangre a bordo. El procedimiento que hubiese seguido, y el que siguen los barcos habitualmente, es que solicitan la sangre al Centro de Transfusión por medio de la Flota. Una vez preparado, el pedido sería remitido al puerto indicado, normalmente haciéndolo coincidir con una escala prevista del barco. Hay veces que esto no es posible y los derivados sanguíneos tienen que ser recogidos por los medios aéreos del buque o bien podrían ser recogidos por otro buque y transferidos en alta mar. En cualquier caso, es el último eslabón de una complicada operación logística. Tras la extracción y el fraccionamiento de los componentes sanguíneos todo se pone a punto para la ingente labor de transporte. El Centro de Transfusión envía reservas de sangre y sus derivados dos veces al mes a Herat en función de los vuelos logísticos programados por el Ejército del Aire. Si hay una palabra que defina la importancia de esta parte del viaje es «trazabilidad», el seguimiento de las circunstancias que rodean la sangre desde que sale del hospital Gómez Ulla hasta que aterriza en Herat o embarca en el Juan Sebastián ElCano. Para que la sangre no pierda ninguna de sus propiedades y pueda ser transferida a un paciente tiene que haber mantenido unas constantes de temperatura durante toda su vida fuera del cuerpo. En el caso de los hematíes, que es el componente líquido, el viaje se hace a una temperatura de entre 2 y 10ºC y tiene un ciclo de vida máximo de 42 días; el plasma se conserva a un mínimo de -25ºC y puede ser utilizado hasta dos años después (aunque en zona de operaciones se limite a sólo un año) y las plaquetas tienen que conservarse a una temperatura de entre -75 y -80ºC (las temperaturas extremas se consiguen con hielo seco) y tienen una vida útil de hasta dos años. «La primera causa de muerte en combate es la hemorragia y, por lo tanto, la reposición de sangre es primordial para la supervivencia del herido», explica el teniente coronel médico Carlos Jiménez Pérez, jefe del hospital Role-2 de la base de apoyo avanzado de Herat. Este hospital da asistencia sanitaria a los militares españoles que quedan en el país asiático, a miembros de otros ejércitos de la coalición… americanos, italianos, albaneses pero, sobre todo, y máxime ahora que se han transferido las competencias de seguridad a la policía y al Ejército de Afganistán, el hospital recibe a muchos pacientes afganos, tanto militares como civiles. «El último uso (que El buque escuela de la Armada siempre lleva sangre en sus travesias oceánicas. 52 Revista Española de Defensa Septiembre 2014


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