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BOLETIN INFANTERIA MARINA 18

EL VIAJE MARÍTIMO DEL BRIGADIER... BOLETÍN DE LA INFANTERÍA DE MARINA 51 que se sumaba a la línea de comunicación terrestre por o Port-Bou. Esta situación favorecía las operaciones marítimas interaliadas, y les daba la posibilidad de cortar el corredor marítimo con la capital catalana. Si, simultaneando el sitio de Figueras y la captura de las Medas, se desembarcaba en la retaguardia de los sitiadores, podría conseguirse una derrota decisiva de las tropas de MacDonald o la interrupción de sus comunicaciones con la metrópoli. Los británicos habían pensado tomar las islas con sus propias fuerzas, con columnas de desembarco de marineros y Royal Marines de sus navíos, pero temían una reacción desfavorable por parte de los españoles que pudiera hacerles pensar en un segundo Gibraltar en la costa nordeste de la Península39. En el Almirantazgo británico se pensó incluso en empeñar para esa operación la división mallorquina del general Whitingham —división española, no lo olvidemos, aunque mandada por un oficial británico— pero era menester que fuera reforzada por lo menos con una o dos divisiones españolas o británicas más. De todo ello trató el brigadier Rovira con los generales marqués de Campoverde en Tarragona y Carlos O’Donnell en Valencia, pero con poco resultado por no disponer de las suficientes fuerzas para una operación de esta envergadura y extendida en el tiempo como sería la que se planeaba en el Ampurdán. Con esa negativa, tarde o temprano, se condenaba a perder la fortaleza de Figueras, como así sucedió. Con su victoria, los franceses habían logrado separar a las tropas españolas de británica, su principal proveedor, y restablecer su sistema de convoyes terrestres. Estaban en condiciones de vencer en la siguiente fase de la campaña, minuciosamente planificada: penetrar en el corazón del Principado y eliminar definitivamente la resistencia. Pero, justo diez días después de la caída del Castillo de Figueras, al poco de asumir el mando del 1.er Ejército el general Luis Lacy40, tropas españolas y británicas a cuyo frente figuraba el general Lorenzo Milans del Bosch, en una operación anfibia interaliada, tomaban las islas Medas a los franceses41 y cortaban el tráfico de cabotaje entre Marsella y Barcelona, cerrando la principal vía logística marítima del Armée de Catalogne, a consecuencia de lo cual MacDonald se vio impotente para derrotar a los catalanes del interior. Cabría preguntarse qué habría sucedido si el bando hispanobritánico hubiera podido o sabido coordinar adecuadamente ambas acciones. Probablemente, el cuerpo de ejército del general francés en Cataluña hubiese quedado en una situación apurada de permanecer en el Principado. Como colofón de este viaje marítimo a Cádiz, hay que mencionar que los ingresos obtenidos fueron lógicamente de gran utilidad al Dr. Rovira para volver a organizar unidades de migueletes. Efectivamente, pocos meses después, a principios de 1812, ordenó levantar el regimiento de infantería de línea San Fernando, nombrándolo a él su coronel, con el empleo de brigadier. Al mando de esa unidad siguió combatiendo el resto de la guerra hasta la definitiva retirada del ejército del mariscal Souchet de Cataluña y de España, en abril de 1814, camino de Narbona, siete meses después de que las tropas aliadas de Wellington hubieran penetrado en Francia por la frontera de las Vascongadas y al poco de que el mariscal Soult fuera batido por el general inglés en Tarbes y Toulouse42. El castillo de Figueras fue la última plaza española que el enemigo abandonó antes de entrar en Francia. LUIS SOLÁ BARTINA CORONEL (R) DE INFANTERíA DE MARINA 1 La mayoría educados en la afamada Real Academia Militar de Matemáticas de Barcelona. La fortaleza fue empezada con casi un siglo de retraso después de la rectificación de fronteras a que obligó de los Pirineos, en 1659, como llave de entrada en España por los Pirineos Orientales. 2 El castillo-fortaleza tiene una superficie de y el recinto interior 325.000; el perímetro exterior mide y sus obras defensivas cuentan con cañoneras suficientes para emplazar 237 piezas. Podía albergar por períodos cortos de tiempo hasta 12.000 hombres, y almacenar provisiones para ellos para varios meses, pudiendo ser así utilizado como base de operaciones para un pequeño cuerpo. 3 Denominaban sarcásticamente a la fortaleza la bella inútil porque había sido levantada y pagada por el rey de España, para el servicio del rey de Francia. 4 Algunas fuentes habla de unos 1.100 hombres, resultado de reforzar al Dr. Rovira con dos Cías adicionales de otro batallón. 5 Cuatro Cías de 140, 130, 65 y 65 hombres, al mando del teniente coronel Lloberas. 6 Por este descuido el general fue sometido a consejo de guerra y condenado a muerte en Francia, aunque a última hora, en atención a su brillante hoja de servicios y a las súplicas de la mujer y de la madre del general, Napoleón, compañero de promoción de Guillot, le conmutó la pena por la de prisión. 7 La toma del castillo de Figueres le valió a Rovira el ascenso a coronel, y muy poco después a brigadier, como jefe del tercio del Ampurdán. 8 Mollá Ayuso, Fernando, De librum tremens, 2008, pág 323. Según este autor, el material francés capturado ascendía a 350 piezas artilleras, 30.000 fusiles, una elevada cantidad de provisiones de todo tipo (munición, pólvora, alimentos, medicinas, vestuario, etc) y más de 300.000 pesos fuertes; las cifras, empero, aún siendo abundantes, varían considerablemente según los historiadores. 9 Mollá Ayuso, Fernando. Ibidem, pág 316. Los franceses tenían, empero, sus particulares “forzadores de bloqueo”, un pequeño tráfico de cabotaje, individual o en convoy escoltado, que, ante el menor atisbo de peligro, fondeaba al amparo de los cañones de los fuertes de las plazas costeras ocupadas entre Llançà y Palamós. Pero los cañones tenían un alcance eficaz de apenas y los buques no podían permanecer eternamente fondeados; al salir a la mar no era extraño que fueran fácilmente apresados. 10 La estrategia francesa para penetrar en buscó siempre asegurarse sus líneas de comunicación con Francia en Vascongadas y Navarra —la principal— y en Cataluña, y un itinerario de enroque que las conectara entre sí siguiendo el valle del Ebro. 11 En cualquier caso necesitaron más de cuatro meses para retomar el castillo, cuando sus defensores, agotados los víveres y las municiones, se vieron obligados a capitular. Perdimos 3.500 hombres, la mayoría enfermos, habiendo tenido 1.600 bajas de combate. Los franceses tuvieron unas 4.000 bajas. 12 Marichal, Carlos, Beneficios y costes fiscales del colonialismo: las remesas americanas a España, 1760-1814. Revista de Historia Económica, año xV, 1997, n.º 3 (Colegio de México); el autor lo cita como criterio standard de los autores clásicos, españoles y extranjeros. Las contribuciones americanas eran sustanciales para española, pero no hay que exagerar su peso ya que en sus mejores años podían llegar a alcanzar un 20% de los ingresos fiscales totales, aunque normalmente fueran bastante menos: alrededor de un 11% Notas


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