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89 María Concepción Pérez Villalobos Los asesores militares de género y de protección de la infancia en los conflictos armados tiempo puede tener consecuencias físicas y psicológicas profundas”31. En 2009, UNICEF32 contabilizó más de mil millones de niños menores de 18 años viviendo en lugares donde existe un conflicto armado o en situación de posconflicto. Unos 300 millones eran menores de cinco años; Al menos dieciocho millones de niños habían abandonado sus hogares y se encuentran hoy todavía en situación de refugiados o desplazados internos. Todos ellos sufren las consecuencias directas de los conflictos y los efectos a largo plazo en su desarrollo y bienestar. Se pueden contabilizar unos dos millones de niños muertos y seis millones de heridos graves como resultado directo de las hostilidades. Pero hay conflictos en los que las agresiones contra la infancia cobran una dimensión especialmente brutal y cruel, convirtiéndolos no sólo en víctimas sino también en protagonistas de los conflictos armados. Son reclutados como combatientes, como niños soldados, combatiendo a edades muy tempranas. Los menores se enfrentan además a la violencia sexual, incluyendo la violación, utilizada como otra arma de guerra. Después del Informe Machel, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó la primera resolución sobre protección de la infancia en situaciones de conflicto, la 1261 (1999), de 25 de agosto. Posteriormente se aprobarían las Resoluciones 1314 (2000); 1379 (2001); 1460 (2003); 1539 (2004); 1612 (2005); 1882 (2009); 1998 (2011), y 2068 (2012), que, en conjunto, han configurado un marco general para la protección de los niños afectados por conflictos armados, entendiendo que las agresiones contra ellos tienen consecuencias a largo plazo para la paz, la seguridad y el desarrollo duraderos y que la protección de los niños debe ser considerada un aspecto importante de toda estrategia general para la solución de un conflicto. La Resolución 1261(1999) enumera un conjunto de agresiones contra la infancia detectadas en los conflictos más recientes, destacando “la selección de niños como blancos de ataque en conflictos armados, incluida la muerte y la mutilación, los actos de abuso sexual, el rapto y el desplazamiento forzado, el reclutamiento y la utilización de niños en conflictos armados en violación del derecho internacional, y los ataques a objetivos protegidos en virtud del derecho internacional, incluidos los lugares en que suele haber muchos menores, como escuelas y hospitales”33. Entre las medidas para erradicar estas prácticas, la resolución propone una serie de actividades, que constituyen el eje de las actuaciones posteriores de Naciones Unidas en esta materia: 31  Informe a la Asamblea General “Repercusiones de los conflictos armados sobre los niños” (A/51/306), de 26 de agosto de 1996, § 30. 32  UNICEF: La infancia y los conflictos en un mundo en transformación. Examen estratégico 10 años después del Informe Machel, New York, abril 2009. 33  Naciones Unidas, Resolución 1261 (1999), de 30 de agosto, § 2.


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