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LA LEGION 531

>> Historia >> Actividades participando en las operaciones de la campaña marroquí, formando junto a ellos con su presencia en los blocaos y destacamentos que guarnecen la línea de protección de Melilla. Millán accede complacido (y tanto, pues como digo, lo más seguro es que la idea de escribir este libro haya partido de él) y destina a Micó a la Primera Bandera del Tercio que manda el jovencísimo comandante de Infantería: D. Francisco Franco Bahamonde. De inmediato, el legionario de 2ª Carlos Micó efectúa su presentación ante Franco quien lo nombra su “agente de enlace”, cargo este de singular importancia aunque expuesto en alto grado, pero que le va a permitir desplazarse a los distintos destacamentos y blocaos, participar en su defensa, y a renglón seguido plasmar en emotivas crónicas el resultado de lo por él vivido. Y así, con este fondo de buenas perspectivas da inicio el legionario-periodista, o el periodista-legionario que “tanto-monta”(1) Carlos Micó a la redacción de su emblemática obra “Los Caballeros de La Legión”, cuya primera edición consta de 290 páginas, a las que tendremos que adicionar dos PiVVLLQFOXLPRVHO³ËQGLFH´TXH¿JXUDDVX¿QDO Con una artística portada en la que resalta el escudo de La Legión enmarcado bajo una especie de artesonado árabe, con un vivac legionario y en lontananza un fondo de montañas de la agreste topografía del Rif. En su contraportada campea: el subtítulo de “El Libro del Tercio de Extranjeros” y en la página siguiente expresa Micó todo el amor y la emoción que embarga su espíritu al dar inicio a su obra, plasmado en una serie de emotivas “Dedicatorias”: A su Patria, a S.M. El Rey Don Alfonso XIII, a todos sus hermanos de armas, a su buena y tierna madre, a la memoria de los que murieron por España, y por último “A los que ofendí, para que me perdonen”. A la página de las “Dedicatorias” siguen otras con el “Credo de La Legión” y el “Prólogo” del ilustre escritor y periodista D. Tomás Borrás. Ya en sus primeras páginas Micó nos dice porqué se alistó en el Tercio: “Porqué la vida sin sobresaltos es tediosa (…), porqué no sé donde se han escondido las virtudes de la raza, y quiero ver si se refugiaron en el pecho de los militares, y entre ellos, para mi investigación, es más lógico escoger a los que tienen la tez tostada por el sol. Y por último me engancho en el banderín de La Legión Extranjera por curiosidad literaria; tengo prisa por encontrarme con estos hombres que llegan de Oriente y Occidente, empujados por Dios sabe qué vendavales de pasión y de fracasos, miradles a la cara, estrechar sus manos fraternalmente y vivir entre ellos sintiendo ODVYLEUDFLRQHVGHVXVWUDJHGLDVtQWLPDVHOUHÀHMR de sus desesperanzas y su fé, su desaliento y su entusiasmo, su altruismo y su ferocidad”. Siguiendo con su relato, en una de sus páginas Micó dedica un cariñoso recuerdo a la memoria de un legionario aristócrata: Carlos González de Orbegozo, hijo del Conde de Olmos, perteneciente a la Primera Bandera del Tercio y fallecido el 4 de MXQLR GH 0,Fy OR GH¿QH FRPR ³(O &RQGHVL to del Triste Destino”. Siguiendo con su relato, en junio de 1921 y desde el Zoco el Arbaa de Beni Hassán, escribe su primera crónica, en la que, con profunda alegría, narra la preparación para las operaciones en las que La Legión va a intervenir de forma inmediata. En el capítulo “Los Salvadores”, cuenta Micó la llegada de La Legión a Melilla, sobre las dos de la tarde del 24 de julio de 1921. En efecto, tras, el trágico “Desastre de Annual”, Melilla está a punto de caer bajo las hordas rifeñas de Abd-el-Krim. Para su inmediata defensa, y traídas con toda urgencia desde la Península, llegan unidades de socorro. Junto a estas, y convocadas con la misma o mayor celeridad, desde la zona Occidental del Protectorado y a bordo del “Ciudad de Cádiz” llegan dos banderas (la I y la II) del Tercio de Extranjeros al mando de su Jefe, el teniente coronel Millán Terreros. Al frente de todas las fuerzas de desembarco se encuentra el prestigioso general D. José Sanjurjo Sacanell. Sanjurjo y Millán hablan al pueblo melillense. ¿Qué dijeron los dos caudi- OORV"HVFULEH0LFy³6HUtDHQYDQRSDUDUHÀHMDUOD emoción que produjeron copiar sus palabras”. Tras HOGHV¿OHGHO7HUFLRSRUODVFDOOHVGHODFLXGDGOD Primera Bandera acampó en “Los Lavaderos” y la Segunda en Fuerte Camellos y Cabrerizas. Montado con urgencia el servicio exterior de protección a ODFLXGDGHQORVGtDV¿QDOHVGHHVWHDFLDJRPHVGH julio y meses siguientes, el Ejército Español, que ha sufrido un gravísimo quebranto en los trágicos sucesos de Annual y Monte Arruit, que han hecho revestir de fúnebres crespones los hogares de millares de españoles, da comienzo a una importante labor de Reconquista, que lleve a ir recuperando el terreno y posiciones perdidas en los tristes días del “Desastre”. En su virtud, el Ministro de la Guerra, D. Luis de Marichalar y Monreal, “Vizconde de Eza” que se encuentra afectadísimo por los infaustos sucesos acaecidos en la zona Oriental del Protectorado -hasta el punto que el día 14 de agosto de ese mismo año 1921 presenta su dimisión, siendo UHOHYDGRSRU'-XDQGHOD&LHUYD\3HxD¿HORUGH na la formación de una “Columna de Reconquista y Socorro”, a cuyo frente pone al general Sanjur- 46 531 · II-2015


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