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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 893 SEP 2015

REVISTA EJÉRCITO • N. 893 SEPTIEMBRE • 2015  107  SECCIONES FIJAS −−Sus misiones: atender y retirar a los heridos, incluso con camillas, llevar agua, aguardiente y munición a los combatientes. De manera que el general con esta orden ya disponía la creación, no solo de una compañía de mujeres, sino que nombra las que posiblemente sean las primeras sargentos (sargentinas) mujeres documentadas del Ejército, si bien, sin duda llevado por el tono de la época, Álvarez de Castro se cuidó de nombrarlas sargentos (o cabos, escuadristas en este caso). ¿Pesó el machismo del momento?, ¿no querría soliviantar, a los sargentos y cabos del ejército regular y de las milicias a sus órdenes? Quizá sea una mezcla de todo. Se conserva una factura, del 12 de agosto, en la que los comisionados compran y pagan, por 80 reales de vellón, treinta metros de cinta roja, para la «uniformidad» de todas. Un testigo francés (Gouvion de Saint-Cyr) escribió en su Diario del asalto, el 19 de septiembre de 1809, que «… el más ligero soplo, hacía volar y descubrir los lazos que distinguían a las mujeres de Santa Bárbara». LA DISPOSICIÓN DE CREACIÓN Y LA INSTRUCCIÓN QUE REGULABA LA COMPAÑÍA DE SANTA. BÁRBARA La lectura de ambos documentos (Disposición e Instrucción), publicados casi seguidos en el «Diario de Gerona», refleja alguna contradicción aparente. En efecto, en la Disposición de la creación, el general ordena se nombren tres mujeres, para comandantas de la expresada Compañía, con los títulos de primera, segunda y tercera comandanta. Pero sorprendentemente, la Instrucción «técnica» posterior ya habla de cuatro (4) comandantas, que mandarán las 4 «partidas» en las que se subdividía la compañía para actuar operativamente. ¿Por qué si el general quería solo tres comandantas, luego se desarrollan cuatro?, ¿cuál es la razón de esta discrepancia? En primer lugar, el general en la Disposición, hablando de una primera comandanta, una segunda y una tercera, «…para comandantas de la expresada Compañía…», parece que asigna a estas el mando de la compañía y tendremos que entender nosotros, que la primera será su jefe. Es extraño que, en la creación y regulación de una nueva unidad, no se deje más claro quien la manda. Posteriormente en la Instrucción ya son cuatro, las plazas dotadas en este empleo. Pero seguimos igual, o peor que antes, ya que todas aparecen en plano de igualdad, mandando ahora sus «partidas», que no la compañía al completo. Surge la pregunta: ¿quién es el jefe de la Compañía? Recordemos que en la época de los Tercios, el maestre de campo era a la vez el capitán de la 1ª Compañía de su Tercio, honor que se le reservaba para él: ¿querría guardarse este honor Álvarez de Castro y luego por el motivo que fuese, no se reflejó claramente por escrito? Se puede acudir a las fuentes documentales de la época para intentar aclarar el enredo. Detalle del cuadro: el General con un lazo rojo en su brazo


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