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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 893 SEP 2015

SECCIONES FIJAS REVISTA EJÉRCITO • N. 893 SEPTIEMBRE • 2015  113  —Fuerzas de la Democracia, (CNDD-FDD), en las elecciones parlamentarias y locales del 29 de junio, ha hecho que Nkurunziza se sienta respaldado para perpetuarse en el poder al disponer de 77 diputados en un Parlamento de121, y de esta forma no tener problemas para modificar la Constitución, a pesar del creciente aislamiento internacional. En realidad, el rechazo a las elecciones ha sido unánime. La Misión de Observación Electoral de Naciones Unidas calificaba las elecciones «ni creíbles ni libres» por haberse desarrollado en un clima de violencia y ausencia de libertad, al mismo tiempo que pedía el retraso de las elecciones presidencias por ausencia de un ambiente propicio4. Además, el fracaso de dos enviados especiales de la ONU, el primero, Said Djinnit, rechazado por la oposición y el segundo, Abdoulate Bathily, por el gobierno, han complicado aún más la situación. La Unión Africana (UA) tampoco ha reconocido la victoria del CNDD-FDD, y Estados Unidos, Bélgica y Holanda, al igual que UE han suspendido diversos programas de ayuda. Por su parte la EAC, en una nueva reunión en Tanzania, pidió retrasar las elecciones presidenciales al 30 de julio y desarmar a grupos violentos, al mismo tiempo que nombraba nuevo mediador a Museveni, el presidente de Uganda que se mantiene en el poder desde 19865. Los esfuerzos de mediación entre el gobierno y la oposición, de momento, han fracasado, y finalmente las elecciones se han realizado el 21 de julio en un clima de violencia y boicot. La ausencia de observadores de la UA, la renuncia de 4 importantes candidatos entre los 8 presentados, y una participación del 74%, a pesar del boicot pedido por la oposición, hacen presagiar una clara victoria de Nkurunziza en unas elecciones sin credibilidad6. El peligro es que parte de los burundeses no reconocerá los resultados y pueden desatar una mayor inestabilidad. Los riesgos que acechan a Burundi Un informe presentado al Consejo de Seguridad en vísperas de las elecciones presidenciales aseguraba que Burundi se encontraba «al borde de una violencia devastadora» que implicaba «un riesgo para la seguridad regional»7.Es verdad que, inicialmente, las tensiones étnicas no han estado presentes —tanto Nkurunziza como Niyombare son hutus— y el ejército donde conviven hutus y tutsis, no ha dado muestras de enfrentamientos internos; sin embargo, los «Imbonerakure», las juventudes armadas de los hutus del CNDD-FDD, que han actuado activamente contra los tutsis, son un peligro de confrontación étnica latente. La mayor preocupación de la situación en Burundi es que provoque una desestabilización regional. Informaciones de Ruanda ya afirmaban a finales de abril que rebeldes hutus de las Fuerzas para la Liberación de Ruanda (FDRL) establecidas en la RDC habían cruzado a Burundi. Posteriormente, combates en el norte de Burundi, donde el ejército ha capturado a 100 hombres armados8 y los gritos de «transición o guerra» de las protestas hacen temer que la lucha de la oposición y la sociedad civil sea fundamentalmente por el poder y la gobernabilidad. Pero los fantasmas del pasado hacen que crezca en la región la desconfianza mutua y el temor que puedan volver viejos resentimientos étnicos. NOTAS 1  Burundi tiene un 6% de las reservas de níquel, pero es el 5º país más pobre del mundo según el Índice de Pobreza Multidimensional. Mapa de Burundi


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