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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 893 SEP 2015

DOCUMENTO REVISTA EJÉRCITO • N. 893 SEPTIEMBRE • 2015  77  civil. Cuando ejercían de ingenieros de plazas les correspondía: «… la facultad de calificar, proponer, proyectar, calcular y dirigir todas las obras de fortificación y cuantas puedan ocurrir en los edificios militares, con la única excepción de las fundiciones y fábricas de armas y municiones», que recaía sobre los otros ingenieros, los de armamento pertenecientes a la Artillería. En este siglo, con la creación y consolidación de las ingenierías civiles, se necesitará empezar a hablar de la ingeniería militar, entendiéndose a partir de entonces su actividad ceñida al ámbito de las infraestructuras militares, salvo en las provincias de ultramar, debido a la carencia de ingenieros civiles. Los cincuenta ingenieros militares que cubrían Canarias, Hispanoamérica y Filipinas, tuvieron amplias competencias en obras públicas, llegándose, por ejemplo, a que ingenieros militares llevaran a cabo la red de abastecimiento urbano de agua de la ciudad de La Habana o la red de comunicaciones de Filipinas. A finales de siglo recibieron algunos de ellos la consideración de ingenieros jefes del Cuerpo de Caminos4, e incluso el puesto de jefe de obras públicas en Guinea. La actividad de estos ingenieros no se pudo desarrollar sin sus colaboradores subalternos. En las sucesivas ordenanzas se trataban sus funciones, más directamente relacionadas con la ejecución de las obras y con su mantenimiento. Estos puestos se fueron organizando de forma jerárquica, en relación con la complejidad de la plaza donde sirvieran, estableciéndose los siguientes niveles: maestro mayor de fortificación, maestro de obras, celador de fortificación y conserje de cuartel5. Con el reglamento de 1873 se simplificarían estas categorías a una de maestros de obras militares, asimilándoles a los empleos de capitán, teniente y alférez. Se podría identificar en estos maestros de obras militares un antecedente de la actual Escala Técnica del Cuerpo de Ingenieros Politécnicos. En lo que respecta a la Artillería, a finales del siglo XVIII, debido a la complejidad de los avances tecnológicos, se pone de manifiesto la necesidad de profundizar en el estudio de nuevas materias, para lo que se establecen los denominados Estudios Sublimes6, que cursarán los alumnos más sobresalientes de cada promoción en las Facultades de Químicas y las Escuelas de Minas de Madrid y Almadén. La irrupción de una nueva disciplina, la balística, origina también que algunos oficiales fueran destacados al extranjero para su aprendizaje. Esta especialización provocará a principios del XIX una nueva remodelación del Cuerpo de Artillería que se traduce en la especialización de la rama facultativa respecto al resto del Cuerpo. En 1855 el general de Artillería Francisco de Luxan desde su puesto de ministro de Fomento impulsará la titulación civil de ingeniero industrial y la fundación de su escuela de Madrid. De forma paralela se crea el título equivalente de Retrato del Conde de Gazzola Depósito de regulación de la red de agua de La Habana, 1893


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