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REVISTA GENERAL DE MARINA OCTUBRE 2015

TEMAS PROFESiONALES tar. Más concretamente, esta estrategia pretende incrementar la capacidad para proyectar el poder bélico estadounidense en entornos anti-acceso y de negación de área (A2/AD) (2), reforzar la disuasión convencional e imponer un elevado coste de oportunidad a los potenciales adversarios que pretendan competir con el país en materia tecnológica (3). ¿Y cuáles son los principales interrogantes estratégicos que debe resolver Estados Unidos? En primer lugar, tal y como insinúa la Revisión Cuatrienal de la Defensa —que establece las líneas maestras de la política de defensa y la administración militar del país para el periodo 2014-18— y alerta el Panel de Defensa Nacional —que evalúa las líneas maestras trazadas por esta revisión— las Fuerzas Armadas (FF. AA.) difícilmente podrían combatir en dos guerras que estallaran de forma simultánea, por lo que serían incapaces de satisfacer uno de sus tradicionales objetivos de seguridad nacional. Si a ello se le añade que el volumen y la estructura de fuerzas proyectadas para 2019— cuando se consolidará la hoja de ruta propuesta por la revisión— será algo más pequeña que la de 2015 pero con un catálogo de capacidades similar al actual, que los medidas A2/AD de sus adversarios habrán madurado y que sus FF. AA. deberán estar preparadas para responder a múltiples contingencias (desde operaciones de gestión de crisis a acciones de alta intensidad contra adversarios avanzados), parece evidente que Estados Unidos necesita plantear un nuevo modelo para proyectar globalmente su poder y satisfacer, con unas FF. AA. más pequeñas, un mayor número de cometidos (4). En segundo lugar, porque la supremacía militar que ha proporcionado la RMA de la información durante más de tres décadas parece estar llegando a su fin. Desde la Operación TORMENTA DEL DESIERTO, los potenciales adversarios del país han estudiado las características del «nuevo estilo americano de combatir» producto de esta revolución y se han dotado de los medios tecnológicos (sistemas C4ISTAR para digitalizar el campo de batalla, armas inteligentes para batir con precisión los objetivos enemigos y plataformas furtivas o no-tripuladas para entrar en áreas de riesgo sin ser abatidas) y de las (2) Mientras las primeras pretenden dificultar el despliegue de fuerzas en el teatro de operaciones, las de negación de área buscan dificultar la conducción de operaciones en zonas donde el adversario no impide el acceso. Aunque no pueden calificarse como algo novedoso porque han sido una preocupación latente de los estrategas estadounidenses desde la Administración Clinton, la proliferación de sistemas antiaéreos avanzados, misiles antibuque, misiles de crucero, armas antisubmarinas, aviones de caza y una amplia gama de medios asimétricos por parte de países como China o Irán están obligando a Washington a plantearse cómo proyectar el poder en estos ambientes. (3) Discurso del secretario de Defensa Chuck Hagel en la apertura del Reagan National Defense Forum (Simy Valley, 15 de noviembre de 2014). (4) MARTINAGE, Robert (2014): Toward a New Offset Strategy: Exploiting US Long-Term Advantages to Restore US Global Power Projection Capability. Washington DC, Center for Strategic and Budgetary Assessments. 540 Octubre


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