silenciosa espera comenzó a transformarse en un asedio cada vez más bullicioso. Entonces aparece en escena el napolitano Blas Botello, de las huestes de Cortés y a quien todos llamaban «El Nigromántico», que recomienda maliciosamente al conquistador que deje hablar al monarca para calmar los ánimos del pueblo, ya que este a la postre se encargaría de ejecutarlo. Así, el rey azteca accedió a la azotea, cubierto con su manto imperial blanco y azul de plumas de quetzal. La turba escuchó mansamente la orden de apaciguarse: «Vienen en son de amistad, depongamos y entreguemos nuestras armas…». En ese instante, lejos de acatar la orden, el pueblo respondió con una lluvia de proyectiles, hiriendo gravemente a Moctezuma en la cabeza, que murió pocas horas después. La sublevación estaba en marcha. Los ataques obligaron a los españoles a replegarse dentro del palacio. El sitio duró tres días; sin agua ni alimentos, la situación era desesperante y las perspectivas de escape mínimas. Era el anticipo de una muerte segura. Pero Cortés logró escapar y emprendió una retirada que se transformó en masacre. Despojándose de todas sus pertenencias, incluido el oro que a cada uno había correspondido, huían despavoridos. Esa noche murieron ochocientos sesenta infantes de Castilla, cuarenta y seis jinetes con sus caballos y cuatro mil indios auxiliares de Tlaxcala. Fue un gran error militar, aunque lo que pocos saben es que se debió a que el conquistador español siguió de nuevo los consejos de «El Nigromántico», que había leído en el horóscopo de Cortés la oportunidad de huir en ese día, y así se lo había comunicado: «Sabed que esta noche no quedará hombre de nosotros vivo si no se tiene algún medio para poder salir....». En lo único que acertó el astrólogo fue en pronosticar su propia muerte durante la amarga noche. A. Á. R. 24.931.—General longevo Lo fue sin duda el teniente general de Mar y Tierra don Francisco Javier Cornejo y Vallejo (1667-1759), nacido en el valle de Ruesga (Cantabria) y bautizado el 18 de diciembre de 1667. Durante largo tiempo fue militar del Ejército, tomando parte en numerosas acciones de guerra y herido varias veces en combate, tanto en España MiSCELÁNEA Espada del teniente general Francisco Javier Cornejo y Vallejo. 566 Octubre
REVISTA GENERAL DE MARINA OCTUBRE 2015
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