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REVISTA GENERAL DE MARINA OCTUBRE 2015

• Las Leyes de Burgos, 1512, que al hacer a los indígenas súbditos del Rey garantizan su protección. • Al dominio comercial y político se superpone la irradiación cultural, transida del espíritu cristiano de la España de aquellos siglos. Cierto, perseguíamos el oro, sí, mas sembrando cristiandad al hacerlo. El resto de los europeos se limitaron, en sus colonias, al dominio político y comercial, sin buscar la integración ni la extensión cultural. Apuntes de la visión o actitud. Sobre ellas le sugería, en la Parte I, reflexionar: España había alcanzado su desarrollo dentro de su propio territorio europeo, sin procurarse nada de ningún otro reino cristiano por conquista, como lo prueba la actitud/decisión de Carlos I de no marchar sobre París después de Pavía, y tuvo la oportunidad de expandirse por el Nuevo Mundo, «tierra de nadie» a ella adjudicada por bula papal. Inglaterra vio reducirse su territorio en el continente hasta desaparecer allí; cuando estaba saliendo de sus luchas intestinas vivió bajo el temor a España (a decir de Hobbes, que afirmaba: «el miedo y yo nacimos mellizos») y contra ella, por temor, peleó hasta lograr el único poder con el que podía disipar ese temor, el Poder Naval, aunque ese nombre no recibiera aún; y entendió perfectamente el uso de este, pues, como bien resume Spengler, para ella «los puertos o bases estaban al servicio de las naves y no al contrario»; en nuestra España en todos los puertos, tanto en los del N de África (por cierto, si la noble cesión de Malta a la Orden de San Juan aseguró un eficiente aliado en la lucha contra el Imperio Otomano en la mar, también neutralizó tan importante enclave ante posibles conflictos con otros reinos cristianos) como en los de América, las naves estaban al servicio de los puertos; estos, con pura mentalidad terrestre, servían de base para conquistas por tierra. Clases de gobierno La función del Gobierno, como la voluntad de los individuos, si es inteligente, enérgica y perseverante, obviamente solo traerá éxitos a su nación. Si un Gobierno encauza las inclinaciones naturales de su pueblo, logrará darle el máximo desarrollo bajo todos los conceptos, Poder Naval incluido. Así pues, identificación gobierno-pueblo y constancia en los objetivos y el esfuerzo: motores del Poder Naval. Ejemplos de ello, aun cuando con distinto énfasis en lo que a la actuación del gobierno se refiere (según el carácter de este y de su pueblo), nos los ofrece la Historia en todas las latitudes. El mundo Ibérico, siglos XV y XVI: El Portugal del siglo xv, cara atlántica de la península Ibérica, que con este espíritu se lanzaba a la mar: TEMAS GENERALES 2015 465


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