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TIERRA EDICIÓN DIGITAL Nº 3

PRIMER PLANO OCTUBRE 2015 | TIERRA Nº 3 replegaron a España, donde se les han realizado las correspondientes tareas de mantenimiento. Sin embargo, no han podido volar hasta superar una serie de pruebas y lograr el certificado de aeronavegabilidad que, en el caso de España, concede el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). El aeródromo de Rozas, en Lugo, fue el espacio aéreo segregado en el que se autorizaron las pruebas que han conducido a la obtención de la certificación, que se logró en el vuelo efectuado el 19 de septiembre por la tarde. Previamente se habían realizado otros cuatro vuelos más cortos —los días 12, 14, 18 y 19 por la mañana—, en los que se hicieron toda serie de comprobaciones. El jefe de misión del primero de los vuelos de RPAS, subteniente Antonio Fabregat, era consciente de que muchos ojos estaban puestos sobre él ese día en el que el avión iba por fin a despegar, después de varios retrasos sobre la fecha inicial prevista debido a condiciones meteorológicas y cuestiones técnicas. Sin embargo, asegura que lo pasó peor cuando tuvo que hacer su primer vuelo en relé (con dos aviones en el aire al mismo tiempo para que uno sirva de enlace al otro) en Afganistán, donde estuvo en tres rotaciones con la unidad PASI. Un proceso complejo El proceso de certificación ha sido «muy laborioso y complejo», en palabras del coronel Fernando Aguirre, jefe de la Sección de Plataformas Aéreas (de la Dirección de Sistemas de Armas del Mando de Apoyo Logístico) —encargada de la dirección de las pruebas—. Además, ha requerido de trabajos previos de acondicionamiento de la pista del aeródromo, por parte del Mando de Ingenieros, y de la colaboración de la Brigada El avión, ya en marcha, es remolcado hasta la pista de despegue 07


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