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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 305 ABRIL 2014

entrevista «Acabamos de elaborar un plan estratégico para convertir a la Academia en un centro de excelencia» todos los circuitos de calidad para —Hablaba también de la gestión del espacio aéreo. ¿No es competencia del Ejército del Aire? —Por ley, la gestión del espacio aéreo es responsabilidad del Ejército del Aire, pero, donde quieran que combatan fuer ra promoción, profesor del Colegio, y escribió el primer tratado científico de fabricación de la artillería. Era un texto tan importante que cuando llegaron los franceses en 1808, una de las columnas que se dirigía a Madrid se desvió hacia Segovia. Esta ciudad no tenía ninguna importancia estratégica pero vinieron a buscar tantos tratados de Morla como fueran capaces de llevarse. De hecho, actualmente hay más ejemplares en Francia que en España. —¿Qué pasó con el Real Colegio durante la invasión francesa? —La Academia se ha trasladado en dos momentos claves: en 1808, cuando llegan los franceses, y en 1823, con los Cien Mil Hijos de San Luis. En el primero de los casos, los miembros del cuerpo salieron de Segovia en dirección a Madrid y, al comprobar que la capital estaba tomada, comienzan un periplo por España que si lo cogen en Hollywood hacen una película preciosa. Habían salido con lo puesto y al llegar a Guadarrama ya iban descalzos, no tenían ni zapatos. En esas condiciones viajan hasta Salamanca, de ahí a Coruña y a Vigo, embarcan hasta Huelva, van a Sevilla, la Isla del León y, en barco, hasta Mallorca, Menorca y de nuevo a la capital balear. Y durante todo este tiempo, siguieron dando clase, no se perdió ninguna promoción. Cuando llegaron los Cien Mil Hijos de San Luis también salieron de Segovia para ir a Badajoz. Allí, el Colegio se disuelve al crearse el Colegio General Militar en el Alcázar de Segovia aprovechando la experiencia y los profesores «De aquí salen todos los años un montón que tenía el Real Colegio de Artillería. —Acaba de elaborar un plan estratégico, una hoja de ruta para convertir a la Academia en un centro de excelencia. ¿En qué consiste? —La primera parte, que es obtener la certificación de calidad, ya está hecha. Es la fase más sencilla, sólo hay que escribir, detallar y explicar lo que hacemos todos los días. Además de organizar demostrar que somos responsables con el medio ambiente, que mantenemos la responsabilidad social corporativa, que atendemos a los riesgos laborales, que no hay problemas de género… Llegar a ser un centro de excelencia es más complicado. Lo primero que debemos preguntamos es... ¿excelencia en qué? Tenemos que tener muy claro qué es lo que sabemos hacer muy bien y, eso, hoy en día, es el mando y control de los fuegos y la gestión del espacio aéreo. La producción del fuego es relativamente sencilla; cada vez los medios están más mecanizados, las piezas son más automáticas y los sistemas de cálculo son mucho más potentes. Todo esto permite que el trabajo del operador sea ahora más sencillo. Lo que es realmente difícil es saber cómo integrar ese trabajo con el resto de lo que ocurre en el campo de batalla en el que, por otro lado, cada vez aparece más la red. Las estructuras jerárquicas y burocráticas habituales se difuminan más y eso significa que tenemos que hacer un esfuerzo monumental para cambiar la mentalidad y ser capaces de combatir en red. —¿En qué momento se encuentra esa adaptación? —Por nuestra tradición, formación y el tipo de combate que hacemos habitualmente, estamos en muy buenas condiciones para hacer este tipo de cosas. Ya tenemos sistemas de armas que combaten en red, como el sistema NASAMS (sistema de misiles superficie-aire avanzado noruego). Además, la estructura de la artillería de campaña es poco convencional. En una unidad pequeña, como puede ser un batallón, tenemos militares desplegados desde primera línea de combate hasta la retaguardia y todos ellos hablan entre sí continuamente sin escalones intermedios. Nuestra forma de entender la articulación del campo de batalla nos hace diferentes a otras armas y nos coloca en muy buen lugar para hacer la transición a un ejército en red con más sencillez. zas terrestres, delega en el de Tierra una determinada zona, una determinada altura, para que haga con ella lo que considere necesario. Esa distancia depende de los medios que se vayan a emplear en cada operación. Por eso, hay que estar preparados para la gestión de ese espacio aéreo, que no es fácil, porque cada vez hay más usuarios. Por ejemplo, si un UAV quiere volar en una zona que con- 42 Revista Española de Defensa Abril 2014


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