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REVISTA GENERAL DE MARINA MAYO 2015

TEMAS GENERALES sufrió el ataque del Izumi, capturado anteriormente por los delincuentes. Requerida ayuda, acudió el buque español que, a todo riesgo, se interpuso entre ambos y a tiro limpio libró una escaramuza de más de media hora contra tiradores somalíes hasta ponerlos en fuga; lógicamente, el barco español no pudo emplearse a fondo por miedo a causar daño a los rehenes del Izumi. Pero el Petra I quedó a salvo, y una semana después el Infanta Cristina destruía un skiff pirata, haciendo prisioneros a sus ocupantes. El Infanta Elena tomaba el día 10 marzo de 2011 el testigo de su «hermano », destruyendo un completo grupo PAG (Pirate Action Group), es decir, una flotilla pirata con nodriza amadrinando lanchas ligeras o skiffs. A inicios del mes siguiente caían otras embarcaciones de este último tipo frente a las costas de Tanzania. Tras la pausa de los monzones estivales, regresaba el Infanta Cristina, destacándose de nuevo por la liberación de un bonito dhow omaní secuestrado, el Al Talal; y el Infanta Elena no le iría a la zaga, entrando al relevo en marzo de 2012 para liberar el 19 de abril al pesquero Nimesha Duwa, próximo a la isla de Zanzíbar; por estas fechas, el inagotable Vencedora se desplegaba en el golfo de Guinea a consecuencia del secuestro pirata del petrolero Mattheus. Por fin, en agosto del mismo año llegaba para incorporarse a ATALANTA el nuevo BAM Relámpago, con lo que los patrulleros tipo Descubierta se reincorporaron a sus destacamentos habituales. De no haber llegado la nueva y devastadora crisis actual, estos versátiles, robustos y utilísimos «barcos para todo» deberían estar alcanzando el fin de sus días; pero, con el aplazamiento por parte del Ministerio de Defensa de la segunda serie BAM, no hubo más remedio que prorrogar la ya prolongada vida activa de los cuatro supervivientes, a riesgo de dejar el muy sensible flanco Mediterráneo-mar de Alborán sin patrulleros de altura o cubierto por buques mucho más caros de operar. Así que, del mal el menos, podremos alegrarnos de que los más útiles y serviciales barcos de nuestra Armada, habiendo superado dos crisis, sueñen con la cuarentena, y desear que algún municipio tenga la buena idea de solicitar la cesión de alguno de ellos (ojalá que el Vencedora) para su conservación definitiva como nave histórica o museo. Este patrullero tal vez haya rubricado una de sus últimas actuaciones nada menos que en el peñón de Gibraltar, el mes de noviembre de 2012, cuando haciendo valer la normativa sobre Conservación Ambiental de la CEE trató de impedir el bunkering —transferencia de combustible— entre dos mercantes fondeados ante La Roca, y el Gobierno gibraltareño, acusándole de «invasor » y de violar sus presuntas aguas territoriales envió contra él la lancha Scimitar, tan poco celosa de ilegalidades, ante la que el buque español ni se inmutó. A consecuencia del incidente, el embajador español en Londres fue llamado a consultas por el Gobierno del señor Cameron. 2015 599


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