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entrevista a… Las expectativas que deparaba esta figura cuando fue creada en 1989 eran muy altas ¿en qué medida cree usted que se cumplen hoy en día? Cuando se creó la figura en 1989, se le clasificó, junto al Subteniente, con la categoría de Suboficial Superior, asignando a ambos una notable diferencia económica respecto al resto de los de su misma escala. Sin embargo, la definición de funciones y cometidos específicos no llegó hasta seis años más tarde (OM 131/95), perdiéndose con la Ley 17/1999 la consideración de Suboficial Superior y reduciéndose significativamente 8 BIP poco después la diferencia económica señalada. Desde la creación de la figura del Suboficial Mayor, éste ha ido poco a poco ganándose el reconocimiento necesario que le facilite el cumplimiento de las funciones y cometidos asignados; al desligarse de la propia especialidad le ha permitido dedicar un mayor esfuerzo a asuntos específicos de personal; en el ejercicio de apoyo y asesoramiento al mando ha procurado ser de la mayor utilidad, apoyándose en su experiencia y conocimiento, en la integración de las necesidades e inquietudes del personal con los intereses de la Armada. Los notables cambios normativos establecidos en los últimos tiempos han hecho imprescindible una nueva regulación de sus funciones, cometidos y facultades (publicadas recientemente mediante la OM 54/2013, de 15 de julio), que ahora deberá ser desarrollada en el ámbito de la Armada. Confiamos plenamente, que estas acciones irán encaminadas a potenciar la utilidad de la figura del Suboficial Mayor, haciéndola más atractiva y motivadora de cara a nuestros Suboficiales y a nosotros mismos. ¿El nombramiento implica una obligación o un servicio voluntario? ¿Está reconocida su labor en la Armada? Cualquier ascenso debe ser recibido por el militar como un reconocimiento a su labor profesional. El de Suboficial Mayor, se hace además por el sistema de elección, dando una gran importancia al resultado de la encuesta de prestigio realizada a los propios compañeros. Este nombramiento no debe ser considerado exclusivamente como un premio sino más bien como un servicio para el cual se requiere mucha entrega y determinadas cualidades. Conlleva cierto componente de movilidad y no supone diferencia económica significativa, motivos por los que hay que ser conscientes del compromiso a contraer, con el resto de suboficiales, tropa y marinería, con la familia y con uno mismo. En el mundo castrense existe la máxima: «Ni pedir ni rehusar», suficientemente explicativa, pero creo que las características del empleo y la responsabilidad que se adquiere está más acorde con la voluntariedad que con la obligación. En relación a su segunda cuestión, creo sinceramente que se ha producido un salto cualitativo en los Suboficiales Mayores. La labor de los que nos precedieron ha ayudado a una mayor aceptación de la figura, creo que existe también un mayor acercamiento a nuestros Mandos, mayor grado de confianza, se aprecia una buena disposición a contar con nuestra opinión y colaboración, por tanto, la utilidad de nuestra figura empieza a tener su reconocimiento. El suboficial mayor que es certero en la transmisión de las propuestas e inquietudes del personal al Mando y, en sentido inverso, leal a la hora de trasladar y defender las decisiones por él tomadas, no actuando como mero transmisor sino con implicación, reforzará la efectividad de la actuación como Suboficial Mayor. De la eficacia que se perciba al respecto emanará la confianza y el reconocimiento, y con ello un apoyo activo a la figura. ¿A su juicio, qué medidas deberían tomarse para que la figura del Suboficial Mayor sea aceptada como una distinción y muestra de confianza por parte de los suboficiales y no como una carga? Para la dotación no pasa desapercibida la confianza que el Jefe de la Unidad deposita en su Suboficial Mayor. La relación entre ambos y el modo cómo esta se signifique es observada con atención, es de interés para el Jefe de la Unidad dar la relevancia debida a la figura y al Mayor hacerse merecedor de ello. Su tarea está encaminada a obtener el mejor rendimiento y motivación de los Suboficiales, Tropa y Marinería; en ello basa principalmente las funciones de apoyo y asesoramiento al Mando. En su relación con el personal debe buscar el acercamiento y un mayor conocimiento del mismo, prestando atención a la calidad de vida, entorno de trabajo y adaptación al mismo, a la formación y cualificación, a las necesidades personales y profesionales, a las expectativas e inquietudes. Fomentando la cohesión entre los miembros de la dotación y propiciando la comunicación. El nuevo modelo de enseñanza supondrá cambios en el perfil de nuestros futuros sargentos. El sistema les faculta para obtener la titulación de Técnico Superior y el de su propia especialidad, pero redundará en una menor especialización militar.


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