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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 320

informe sobre su implementación que la Comisión y la EDA, en estrecha Pepe Díaz cooperación con los Estados miembros, deberán presentar en junio de 2016. La continuidad en los trabajos relacionados con la Certificación, el apoyo al acceso al mercado de defensa de las PYMES y la Seguridad de Suministro, también aparecían en las Conclusiones del Consejo de mayo como fundamentales para la creación de un verdadero mercado europeo de defensa (EDEM). Por otra parte, en línea con los objetivos presupuestarios marcados en la cumbre de Gales por la OTAN, el Consejo de mayo incidía en los objetivos que, con carácter voluntario, fueron adoptados en la reunión del Comité de Dirección de la EDA en formato de ministros de Defensa en 2007 (20 por 100 del gasto total en defensa para equipamiento, 35 por 100 de ese 20 por 100 en adquisiciones europeas en cooperación; 2 por 100 del gasto total en La crisis de Grecia y los atentados de Francia,Túnez y Kuwait modificaron la agenda del Consejo de junio defensa en I+D+i, 20 por 100 del cual en programas de cooperación europeos). En definitiva, el Consejo de Asuntos Exteriores de 18 de mayo suponía una continuidad en la voluntad política expresada por el Consejo Europeo de diciembre de 2013, con un claro propósito de seguimiento y de mantenimiento del llamado «Momento Político», ya que embarcaba al propio Consejo de Asuntos Exteriores para, en noviembre de 2016, revisar la situación. Por tanto «nada nuevo bajo el sol». Indudablemente se ha perdido una nueva oportunidad de seguir apoyando, por los jefes de Estado y de Gobierno, los avances hacia una política común de seguridad y defensa. Las circunstancias del momento protagonizadas por la crisis de Grecia y los atentados de Francia, Túnez y Kuwait modificaron finalmente la agenda del Consejo de junio aunque sirvieron para reavivar la necesaria revisión y actualización de la Estrategia Europea de Defensa, la denominada en su día «Estrategia Solana» publicada en 2003 y revisada en 2008, aspecto fundamental a la hora de actualizar el compromiso europeo con el marco global y los retos y oportunidades que ello representa para la UE. Pero en ningún caso, y en particular en lo referente a las iniciativas y actividades de la CE en el proceso de creación de un mercado interior de defensa y en el fortalecimiento de la EDTIB, supone un parón. Aunque los Estados miembros se han venido esforzando en subrayar la importancia que tiene el desarrollo en paralelo de las iniciativas  contenidas en las tres líneas de actuación objeto de los trabajos surgidos a raíz del Consejo Europeo de diciembre de 2013, llegando incluso algunos de esos Estados miembros a pronunciarse en favor del desarrollo secuencial de dichas iniciativas, es decir, que solo el avance de una verdadera política común de seguridad y defensa permitirá profundizar en las otras dos áreas —la del desarrollo conjunto de capacidades y la creación de un verdadero mercado interior de defensa y el fortalecimiento de la base industrial de defensa europea—, la realidad creo que es otra. Cierto es que los informes de la Alta Representante y de la comisaria de mercado interior e industria incluyen el análisis de lo realizado hasta ahora de una forma integral y da orientaciones de futuro para todas y cada una de las tres áreas, pero, en mi opinión, la velocidad a la que se vayan desarrollando las iniciativas responsabilidad de la CE, no va a depender ni va a estar limitada por la velocidad a la que se desarrollen las contenidas en las otras dos. Por tanto el seguimiento de las iniciativas y actividades puestas en marcha por la Comisión Europea debe seguir siendo prioritario para el Ministerio de Defensa de España y para las industrias de defensa españolas, individualmente y a través de sus Asociaciones TEDAE y AESMIDE. Porque los cambios vendrán, lentamente, pero vendrán. La forma en cómo nos involucremos en los crecientes procesos de planificación de las capacidades militares a nivel multilateral; el peso de las inversiones en I+D+i en el desarrollo de capacidades militares tanto a nivel privado por las industrias, como estatal por parte de los ministerios de Defensa e Industria; el ritmo con el que España se vaya acercando al compromiso de Gales de alcanzar el 2 por 100 del PIB en los presupuestos de Defensa, incluyendo un serio compromiso con la estabilidad de estos presupuestos; el lanzamiento de nuevos programas de modernización de armamento y material de las Fuerzas Armadas, sea en cooperación internacional o a nivel nacional; la competitividad de la industria española relacionada con la defensa y su capacidad de exportación y, por supuesto, el tamaño final de estas empresas que surja de las posibles fusiones para hacerlas más apropiadas para enfrentarse a un mercado cada vez más global y más competitivo, serán factores que determinarán tanto nuestra capacidad militar como nuestra capacidad industrial del futuro y por tanto el peso de nuestro país en el campo de la defensa y en el de las relaciones internacionales. 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