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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 896 NOV 2015

humanos de Teherán, su actitud desafiante, y aceptándole como nuevo miembro del club nuclear. Por el contrario, el régimen iraní también ha tenido que vencer una oposición interna al acuerdo. Los conservadores recelan de la influencia occidental en la población, y los mandos de los Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) temen perder protagonismo y los privilegios económicos que han disfrutado con las sanciones. El propio Jamenei y Rouhani, han tenido que salir al paso, asegurando el primero que las relaciones con EEUU se limitarán al programa nuclear, mientras el segundo insistía en la necesidad de la unidad y que los extremistas no saboteen el acuerdo, a la vez que recordaba al CGRI que el Estado debe tener prioridad sobre la revolución5. Reacciones al acuerdo nuclear en Oriente Medio Las reacciones regionales al acuerdo han ido desde las positivas en el entorno chií de Irán —y Omán—, hasta las muy negativas de Israel, pasando por las más cautelosas de los países árabes suníes que recuerdan la retirada norteamericana de Irak y sus consecuencias actuales. En Siria, un Assad envalentonado ve como Irán —y ahora Rusia— son sus principales valedores. Pero para la debilitada economía iraní el apoyo resultará caro, a pesar de la inyección de 110.000 millones de euros que recobrará, puesto 114  REVISTA EJÉRCITO • N. 896 NOVIEMBRE • 2015 que hasta 2020 no estará en niveles anteriores a las sanciones. Para Líbano, campo de juego de las tensiones de Arabia Saudí e Irán, las reacciones están divididas. Hezbolá y Amal consideran el acuerdo un triunfo, el Movimiento Futuro lo ve con cautela y los drusos no son nada optimistas Israel, preocupado por el programa nuclear iraní desde los años 90, ha sido el principal detractor del acuerdo, antes y ahora en NNUU. Pero con el apoyo de su lobby norteamericano obtendrá réditos en forma de más ayuda. Además, no hay que olvidar que la amenaza de los misiles, unida al apoyo iraní a Hamas, Hezbolá y Jihad Palestina, ha servido para unificar la polarizada política israelí. Los países integrantes del CCG, aunque aceptaron el acuerdo en la reunión de Camp Davis6 temen, en mayor o menor medida, un Irán más fuerte que controle Damasco, Bagdad y Beirut, pero sobre todo, que actúe en Sana y apoye al terrorismo. Es significativo que los Emiratos Árabes Unidos (EAU) hayan felicitado a Irán y el rey Salman haya apoyado el acuerdo en su visita a EEUU tras obtener más armamento y garantías sobre actividades desestabilizadoras de Irán7. En Irak, el gobierno de Haider al-Abadi, ve el acuerdo como algo positivo para el país y la estabilidad regional. La creación de un centro conjunto de inteligencia de rusos, iraníes e iraquíes en Bagdad El ayatolá Jamenei entre sus seguidores


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