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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 896 NOV 2015

como Bosnia, Kosovo, Líbano, Congo, Mali o Afganistán. Tanto que, la desconfianza como el excesivo respeto inicial, fruto del desconocimiento mutuo, empezaron a desvanecerse. Luego, las largas jornadas de instrucción compartida en las tórridas mañanas de Besmayah, haciendo frente día a día a duras condiciones meteorológicas, al áspero terreno y a la, algunas veces, incomprensible falta de interés de algunos componentes del ejército iraquí (al igual que su carencia de voluntad de vencer y de fe en sí mismos), hicieron surgir entre el personal norteamericano y el español, unos lazos de fraternidad y complicidad que solo existen entre aquellos que han combatido unidos o que se han preparado juntos para ello. El buen hacer de nuestros adiestradores pronto fue reconocido, y esa unión en el campo de instrucción trascendió pronto a lo personal; empezaron a ser frecuentes las invitaciones a uno u otro destacamento cuando lo apretado del programa lo permitía. Los jefes y sus planas mayores pronto alcanzaron también esa unión y fraternidad, tras batirse el cobre en muchas ocasiones en las reuniones con los mandos de la 16.ª División y de la 75.ª Brigada defendiendo juntos las posturas de la Coalición. En definitiva, ambas fuerzas con mucha personalidad en sus países de origen, que compartían idénticas inquietudes en Irak, comenzaron a trabajar muy juntas en el campo. Si hay algo que une, algo que marca y deja huella en los ejércitos, es el trabajo en el terreno (ese boots on the ground), y es ahí donde los Caballeros y Damas Legionarios mejor dan la talla, y lo que sirvió para que los panthers identificasen a la unidad legionaria como digna de compartir su emblema de combate, porque fue esta camaradería lo que finalmente se reconoció mediante la concesión del SSI-FWTS por la 82.ª División al contingente español en un acto sumamente emotivo. Acto que, para el Ejército norteamericano, simbolizó la camaradería y hermandad entre los componentes de ambos contingentes, alcanzadas tras el trabajo desarrollado conjuntamente durante 42  REVISTA EJÉRCITO • N. 896 NOVIEMBRE • 2015 muchas horas en el entorno hostil, como así ha sido calificado, que rodea a Besmayah. LA EXTENSIÓN DEL DISTINTIVO A TODA LA UNIDAD Con fecha de 17 de abril, el mencionado Parche de Combate, concedido inicialmente a cincuenta hombres y mujeres del despliegue bajo el marco de la operación Ayuda a Irak (Inherent Resolve), fue extendido a todo el personal español perteneciente al BPC de Besmayah; como ya hemos apuntado éramos, en su gran mayoría, legionarios. Y esto es aún más importante si cabe, toda vez que la Army Regulation 670-1 estableció, a su entrada en vigor el 15 de septiembre de 2014, algunos cambios en la política a seguir en esta materia: desde aquella fecha, contempla la necesidad de que el distintivo «raramente se conceda a formaciones integras con una única estructura de mando» así como que, «usualmente no se concederá al personal destinado en unidades subordinadas». Es por eso que el caso que nos ocupa presenta dos singularidades que lo hacen aun más meritorio: 1) su concesión a personal no estadounidense, que no obstante cuenta con antecedentes, y 2) el hecho de haberse concedido a la totalidad de los miembros de una unidad y por razón, únicamente, de su pertenencia a la misma. La realidad es que son escasos los militares que actualmente tienen reconocida esta Intercambio de recuerdos militares en Fort Hammer


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