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BOLETIN INFANTERIA MARINA 20

HISTORIA ASALTOS ANFIBIOS JAPONESES… cadas en Oriente. Una parte importante del teatro de operaciones iba a ser Manchuria –aparte de Corea-, país antiguo, montañoso y con escasas vías de comunicación, salvo Km. a la altura del lago Baikal, el cual había que pasar transbordando a un ferry o directamente sobre el hielo en invierno. El traslado de un solo batallón de Rusia a Port Arthur necesitaba alrededor de un mes y el recorrido era de unos 9.000 Km. Corea, que pretendían utilizar como base para futuras operaciones en Manchuria, o bien como refugio si se torcían sus planes. La estrategia inicial japonesa era asegurar Corea y Port Arthur para avanzar sobre Manchuria. La base naval de Vladivostok – situada en un mar interior, el Mar del Japón- era fácil de bloquear y permanecía cerrada pérdida para Rusia sería grave, así que se esforzaron en eliminarla. La lentitud rusa de transporte de efectivos hasta Manchuria y la conquista de Port Arthur, colocaría al Japón en condiciones óptimas para concentrar el grueso de sus tropas contra el Ejército obligaría a los rusos a abandonar el conflicto antes de poder recibir refuerzos de forma los recién tendidos ferrocarriles. La principal dificultad para las operaciones militares en tierra era la falta de caminos y carreteras, que afectaban a ambos contendientes, pero en mayor medida al bando zarista, cuya única vía de comunicación con Rusia era el ferrocarril transiberiano, de vía única, interrumpido en aquella época en 160 El dominio del mar era asunto vital para los japoneses, así como la conquista de por los hielos en invierno. Port Arthur era la única utilizable todo el año y su ruso de Oriente, buscando derrotarlo en una batalla decisiva que –pensaban- BOLETÍN DE INFANTERÍA DE MARINA 37 masiva. El problema estratégico japonés era una cuestión de tiempo y de rapidez en la ejecución de sus operaciones militares. El contrapunto ruso a la estrategia japonesa de lograr victorias rápidas para conquistar Manchuria, se centró en una estrategia de acciones defensivas que buscaban ganar tiempo hasta recibir refuerzos sustantivos a través del FFCC Transiberiano. Así, pues, los japoneses decidieron inicialmente la conquista de la base naval de Port Arthur, y concibieron para ello atacarla simultáneamente por mar y tierra; por mar, inmovilizando a la flota rusa dentro de la base o inutilizándola en su fondeadero; pr tierra, sitiándola con un ejército. Éste, a su vez, debería disponer de importantes fuerzas de cobertura al norte para precaverse de los ataques del ejército ruso de Manchuria que, con toda seguridad, se empeñaría a fondo en defensa de su base. Como la totalidad de sus tropas provendría del Japón, se hacía necesario el dominio previo del Mar Amarillo, destruyendo o inmovilizando las unidades navales rusas de la flota del Pacífico en sus puertos antes de que llegara la flota rusa del Báltico o del Mar Negro para reforzarla. Con esta idea, iniciaron las hostilidades a principios de febrero de 1904, atacando por sorpresa y sin declaración de guerra a las escuadras rusas fondeadas en Port Arthur-Dairén y Chemulpo (hoy Inchón), inaugurando con ello una pauta que repitieron 36 años después al atacar a la Flota norteamericana del Pacífico fondeada en Pearl Figura 2.


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