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BOLETIN INFANTERIA MARINA 20

HISTORIA 115 AÑOS DE LA EXPLOSIÓN… la intervención de ningún agente exterior, salvo la voluntad de Dios”. Y John E. Weems, The Fate of the Maine. Publicado en Nueva York en 1958, termina afirmando: “En mi opinión, cualquiera que dedique algún tiempo a estudiar aquel desastre, llegará a la conclusión de que lo más probable es que el buque estalló por causas internas, a pesar de los indicios aducidos en contra; y en todo caso, si se produjo por un factor externo, la explosión ha tenido que ser forzosamente fruto de un mero accidente”>>. Hasta que en nuestros días la propia Marina de los Estados Unidos, aunque tardíamente, ha venido a dar por completo la razón a España. Uno de los más prestigiosos miembros del Almirantazgo norteamericano, Hyman G. Rickover, el padre de los submarinos Polaris, ha emprendido una exhaustiva investigación histórica sobre nuevos datos aportados por investigadores navales, y en su sensacional libro de 1976, How the battleship Maine was destroyed, concluye que <<con toda probabilidad, el Maine fue destruido por un accidente que ocurrió dentro del barco>>. Por la demostrada negligencia de su comandante, culpable de casos anteriores sumamente graves, se produjo una explosión en un pequeño depósito de pólvora situado en la parte delantera del barco, aunque tal vez la causa decisiva fuera la combustión expontánea del carbón bituminoso que utilizaba el barco como combustible. En todo caso, para el almirante Rickover la explosión fue, sin duda razonable alguna, en el interior del barco. << Las posibilidades de paz se hundieron después de la explosión del Maine – dice el almirante-. De los debates reseñados en el Congressional record a la páginas de la prensa, un fuerte sentimiento exigió la intervención. La comisión de encuesta ejerció sus funciones bajo estas circunstancias. Si sus miembros hubieran investigado con los medios que tenían a su disposición, hubieran llegado a dos posibles resultados; que el Maine fue destruido por una explosión interna o por causas desconocidas. En cualquiera de los dos casos, el resultado hubiera sido una inyección de racionalidad en una atmósfera de emoción…, y la guerra tal vez se pudiera haber evitado. Como resultado de esa guerra, los Estados Unidos se convirtieron en una potencia imperial. El hundimiento del Maine no creó las fuerzas emocionales que condujeron al imperialismo americano; las desencadenó.>> Un luminoso apéndice, obra de los investigadores navales Ib S. Hansen y Robert S. Price, deja ya sin dudas la tesis del almirante Rickover. Por desgracia, el arranque ético de la Marina norteamericana nos llega casi ochenta años después de consumarse la tremenda injusticia contra España. 82 BOLETÍN DE INFANTERÍA DE MARINA TTE. IM. (R) ALFREDO BURBANO MORENO BIBLIOGRAFÍA: 1.- Almanaque de la historia de España 2.- Crónica de la humanidad 3.- Historia militar de España


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