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BOLETIN INFANTERIA MARINA 20

HISTORIA 115 AÑOS DE LA EXPLOSIÓN… BOLETÍN DE INFANTERÍA DE MARINA 81 Nada se supo en claro hasta después de la contienda. Mister George W. Melville, ingeniero jefe de la Armada americana, publicó en 1902, en la revista North American Progress, una larga carta en que se demostraba que el accidente sufrido por el crucero Maine había sido originado por una explosión interna. Ya era tarde, “Remember the Maine” -“no olvidéis al Maine”- , fue el grito bélico de la Marina americana frente a Cavite, frente a Santiago, frente a San Juan de Puerto Rico…>>. La comisión de encuesta enviada inmediatamente por el Gobierno norteamericano a La Habana determinó que la explosión se debía a causas externas; es decir, a una mina colocada, naturalmente, por los españoles. Otras investigaciones, dentro del ámbito de los Estados Unidos, obtuvieron conclusiones contrarias, según este resumen del investigador español Allendesalazar: << En todo caso, la comisión de encuesta concluyó que la explosión había sido producida por una mina submarina, aunque añadió que no se podía fijar quienes eran las personas responsables. Este veredicto fue un instrumento decisivo para acelerar al máximo la creciente indignación nacional y la del Congreso, con vistas a la inminente guerra. En 1912 el Gobierno americano, de acuerdo con el cubano, decidió sacar a flote el casco y rescatar los numerosos cadáveres que habían quedado aprisionados en el buque desde 1898. Se formó entonces una nueva comisión de encuesta que repitió las conclusiones de la anterior con una sola excepción, y ésta era que el boquete producido por la explosión resultó no estar tan a proa como primero se había creído, lo que hace dudar de la exactitud de la investigación realizada al principio por los buzos. Pero el resto de las afirmaciones siguió siendo igual. Una vez sacados los cadáveres, el casco destrozado fue remolcado hasta alta mar y hundido allí, con honores militares. Nadie podría nunca más, volver a tocar el asunto del Maine con pruebas en la mano. Aún sin caer en la fácil tentación de señalar como sospechosa la decisión de hundir el pecio en alta mar, el estudio posterior de las conclusiones de la encuesta produce la sensación de que éstas no son, ni mucho menos, abrumadoramente convincentes. Esta opinión no es sólo mía. Por no citar más que a dos fuentes americanas, quiero acabar estas notas con las conclusiones a que llegan dos historiadores de aquel país al escribir, años después, sobre este tema. En 1931, Walter Millis, especialista en temas militares, dice en su obra The Martial Spirit, “La explicación más probable parece ser la de que el Maine se destruyó por si mismo sin


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