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REVISTA GENERAL DE MARINA JUNIO 2015

no tengan lotes o no estén referidos a contratos menores», tal como textualmente se indica unas líneas más arriba en la propia Instrucción. Además, si se admitiera el vocablo valor, entonces no habría concordancia en género con el artículo la («reemplazando el valor 00 de las posiciones 12 y 13 por la del lote...»). Por todo ello, una redacción más apropiada quizás fuera: «...en tal situación cada contrato se numerará reemplazando la identificación 00 de las posiciones 12 y 13 por la del lote correspondiente». No obstante, para ser justo con los que escribieron la susodicha Instrucción del secretario de Estado, tengo que decir que, globalmente, está bastante bien redactada, y que incluso el párrafo analizado se entiende perfectamente, a pesar de los deslices. Porque al final, respetado lector, lo importante es entender y hacerse entender, y estos son —y deben ser— los principales y casi únicos objetivos que tenemos que perseguir a la hora de usar el idioma, pues, como dice el epigrama que acompaña a la cabecera de este artículo, «cambia más lo que rodea al río que el río mismo». Deambular sin rumbo Ahora, abusando de la paciencia del sufriente lector, quisiera contestar a una pregunta de un amigo que consiguió desestabilizar una de esas estibas de mi Pañol del Español, que creía firmemente arranchada a son de mar. Me soltó a bocajarro: ¿Está bien dicho deambular sin rumbo? Yo, el primer PAÑOL DEL ESPAÑOL pecador, creía que sí, pero me bastó consultar el Diccionario académico para desengañarme. Deambular significa «andar, caminar sin dirección determinada». Obsérvese que el DRAE no utiliza aquí números para distinguir varios significados (como sucede con el vocablo adicción trascrito más arriba); es decir, no pone «1. Andar. 2. Caminar sin dirección determinada», sino que separa andar y caminar con una coma, dando a entender con ello que se trata de la misma acepción y que tanto la acción de andar como la de caminar se realiza sin dirección determinada, o sea, sin rumbo. Conclusión: deambular sin rumbo es una redundancia a todas luces innecesaria. Finalizo, por hoy, soltando una retahíla de pecados propios, no todos veniales, que contienen redundancias muy corrientes con las que suelo despacharme y empacharme casi a diario, aunque hago el firme propósito de enmienda consistente en eliminar lo que figura subrayado a continuación: «en la legislación actualmente en vigor…», «no encuentro los antecedentes previos», «esas averías están relacionadas entre sí», «el nexo de unión…», etc. Me paro, porque si siguiera, no bastaría una página. Por cierto, engolliparse hasta el gaznate es otra redundancia porque la segunda acepción de engolliparse es «atiborrarse, llenarse hasta el gaznate». Con una coma entre atiborrase y llenarse. Agustin E. GONZÁLEZ MORALES (Ing.) 2015 931


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