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REVISTA GENERAL DE MARINA JULIO 2015

Los informes que teníamos de Djibouti no eran muy tranquilizadores, no nos daban la confianza suficiente para que pudiésemos adquirir allí esta clase de artículos para unas 80 mujeres durante al menos cuatro meses. Iba a ser la única escala antes de llegar a Irak, y una vez allí no pensábamos que se pudiesen adquirir fácilmente tampoco. En nuestra poca experiencia en aquellos países, no sabíamos si iba a ser posible. Era la primera vez que nos pasaba y en el alistamiento tan apresurado para la salida habíamos pasado por alto el detalle de estos artículos tan especiales y necesarios. El problema se expuso convenientemente y, junto con más material y personal procedente de territorio nacional en vuelo del Ejercito del Aire, en la breve escala en el puerto de Djibouti, el 1 de abril embarcaron dos palés de tampones y compresas de todos los tamaños. «Dios mío, las Fuerzas Armadas en misión y sin compresas», debieron de pensar en el Mando de Operaciones. Aquello no pasó de una anécdota que nos hacía ver que, aunque desde hacía bastantes años la mujer se había incorporado a las dotaciones de los buques, quedaban todavía aspectos sin resolver y había que hacerlo ahora de urgencia. Lección aprendida Los buques anfibios, por su capacidad y versatilidad, son idóneos para misiones de ayuda humanitaria, y cuando surgió de nuevo una misión internacional de este tipo, el 22 de enero del 2010, otro buque LPD, esta vez el Castilla (L-52), partió de la Base Naval de Rota hacia Haití en misión de ayuda humanitaria tras el gran terremoto que día 12 de ese mes destruyó la capital del país, Puerto Príncipe, y varias ciudades de alrededor. El comandante recibió la orden de alistarse en la noche del día 18 de enero, con margen de tres días completos para la salida a la mar, el doble que para la misión de Irak, y pensó «no hay problema». Los preparativos ahora recordaban los de siete años antes en el Galicia alistándose para Irak, aunque en este caso ya había más experiencia y un poco, solo un poco, más de tiempo. Los encargados de cada una de las unidades participantes en la misión se presentaron a bordo enseguida para coordinar el material a embarcar y, como representante de la Sanidad Militar, el primero en aparecer ofreciendo todo el apoyo necesario fue el comandante Caparrós, destinado en la farmacia de buques de la Base Naval de Rota, que venía con su lista. —Comandante, esta es la lista de artículos consumibles seleccionados para llevar en una misión de este tipo, está hecha desde la experiencia de los últimos años. VIVIDO Y CONTADO 2015 103


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