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REVISTA GENERAL DE MARINA JULIO 2015

TEMAS GENERALES A eso de las 06:00 comenzó el hundimiento generalizado. Unos barcos se hundieron sin estrépito; otros lo hicieron entre el estruendo de las explosiones que rasgaban sus cascos y las humaredas de los incendios que se elevaban al cielo. Los alemanes se dirigieron al Strasbourg para hacerse con él, pero al estar tan separado del muelle no pudieron subir a bordo; desde tierra, a gritos, exigieron la entrega del acorazado y, también a gritos, les respondió el propio almirante De Laborde que el barco se estaba hundiendo. Y así era, puesto que ya embarcaba miles de toneladas de agua y en pocos minutos descansaba sobre el fondo. Algo parecido sucedió con otros muchos barcos. Los alemanes embarcaron en el Provence sobre las 06:10, pero ya a las 06:20 comprobaron que se escoraba a babor silenciosamente, pues el sabotaje se realizó sin explosivos. A esa misma hora, en el crucero pesado Foch, que estaba desarmado, se abrieron los grifos de fondo y comenzó su rápida inundación. Mientras atronaban las explosiones del Strasbourg, los alemanes llegaron al Colbert; desde el portalón, el segundo comandante intentó disuadirlos de su empeño, aunque la mejor disuasión vino dada por la lluvia de metralla que cayó en todas direcciones tras las violentas explosiones que se sucedieron a proa del crucero. Junto al Colbert estaba atracado el crucero pesado Algérie, ya medio hundido y después de haber saltado por los aires sus dos torres proeles. Pasadas las 06:15 los alemanes subieron a bordo, pero se les convenció de que el barco iba explotar, por lo que a toda prisa desembarcaron, no sin antes haber detenido al almirante Lacroix, que izaba su insignia en el crucero. Poco después se desencadenó un gran incendio en el barco que provocó sucesivas explosiones de torpedos y munición. No quedó extinguido hasta pasados varios días. En el también crucero pesado Marseillaise, atracado detrás del Algérie, a las 06:20 se abrieron los grifos de fondo y se encendieron las mechas de las cargas dispuestas a lo largo de su eslora. En pocos minutos el barco, sumido en un pavoroso incendio y con una escora de más de 30º, quedó acostado sobre el fondo. A las 06:20 los alemanes entraron en el Dupleix y pudieron detener la iniciada inundación, pero no repararon en que las mechas de los explosivos ya habían sido encendidas, por lo que desembarcaron creyendo que el crucero estaba a salvo. A las 08:30 explotaron los pañoles de munición y a las 11:00 los de torpedos, convirtiendo al magnífico barco en un montón de chatarra humeante. Los cruceros ligeros La Galissonière y Jean de Vienne, que estaban en obras de carena, corrieron la misma suerte que el resto de los barcos de la flota, pues antes de las 06:30 explotaron las cargas que a bordo tenían diseminadas. El acorazado Dunkerque, orgullo de la Marina gala, se encontraba en dique seco reparando los graves daños sufridos en Mers el-Kebir; esta circunstancia no le evitó correr la misma suerte que el resto de los barcos: pasadas las 07:00 comenzaron las explosiones en el acorazado, que destruyeron por completo su artillería pesada y máquinas. Igual destino siguieron los destructores de la 2015 15


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