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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 126

JUAN ANTONIO GÓMEZ VIZCAÍNO natural su empuge (sic) para ocupar los vacíos interiores de estos hasta equilibrarse; añadiendo á estas razones, las del propio peso de toda la columna sucesiva de las aguas del Mar, demostrándoles en quanto este excedía al de toda la resistencia de las Puertas y Pavimentos, aunque se les añadiera como apoyo el peso del Navío que debían recibir para las carenas: de que quedaron unánime y plenamente satisfechos, y mucho mas quando á renglón seguido les declaró la idea de apartar las aguas del Mar con un Malecón de á dos hiladas de proporcionadas estacas, encepadas unas en otras á cola de Milano, terraplenando firmemente su intermedio, y que en el espacio interior, entre el Malecón y los Diques, mas profundo que los Pavimentos de estos, se colocasen dos órdenes de Bombas, capaces de elevar y extraer todas las aguas que indistintamente viniesen ya del Mar, o ya de la tierra; pues llamadas estas con aquellas á lo más profundo, se mantendrían enjutos los Diques, y podría hacerse la obra con libertad (…) »Convenidos en esto, opinaron en Junta lo mismo, añadiendo el modo ya sabido de consolidar y afirmar á las murallas de los mismos Diques sus pavimentos; cuyo proyecto aprobó S.M., concediendo a D. Jorge Juan la gratificación de un doblon de oro al día para ayuda de costa de viages (sic)» (25). Pero el buque no pudo ser extraído del dique hasta el 5 de abril. Hubo diferencias de opinión sobre las causas de lo ocurrido, pues los constructores lo atribuían a la existencia de un río subterráneo, mientras que Jorge Juan, una vez examinado el escenario de los hechos, lo achacaba a la columna de agua exterior, por lo que en junta presidida por el marqués de Spínola se decidió proceder al reforzamiento por la parte de la dársena, la solera y las paredes laterales (26). El proyecto, añadiendo el modo ya acordado de consolidar y afirmar las murallas de los diques y sus pavimentos, fue aprobado en junta y, una vez refrendado por el rey, los diques se consolidaron a base de travesaños encastrados a ambas bandas, entreverados con planchas fuertes de madera entre las que se inyectó plomo derretido (27). En abril de 1759, Jorge Juan, el ingeniero Feringán y el constructor Bryant llegan a Cartagena para examinar lo realizado, el último de ellos como encargado de la construcción del dique y responsable de las maniobras (28). Vencidos muchos inconvenientes que parecían insuperables, en noviembre se logró rematar las obras a plena satisfacción, (25) Breve Noticia…, 1773. (26) Colección Vargas Ponce (CVP), vol. I, t. XXXV, doc. 311, f. 337. Una real orden de 18 de marzo de 1759 dispuso que se deje proceder libremente al ingeniero Sebastián Feringan en todo lo referente al dique grande de carenar de Cartagena sin que se inmiscuya el constructor Eduardo Bryant. (27) ANC, caja 1445, 3-10-1758. Ya en esta fecha se ordenó que los carpinteros de ribera y delineadores Martín Escalona y Manuel López, junto con el maestro de arboladura José Maltes, pasasen «al corte y labra de la madera de pino que debe ejecutar en los montes de Segura de la Sierra y Alcaraz para composición del pequeño dique». (28) CVP, ibidem, doc. 315, f. 341. 40 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 126


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