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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 126

EL TENIENTE GENERAL BENITO ANTONIO SPÍNOLA Y MORO, MARQUÉS DE ... «… se ha de dejar proceder libremente en todo al ingeniero D. Sebastián Feringán, a menos que exponga el constructor D. Eduardo Bryant, que se arriesga el navío Terrible introducido en el dique; y diciéndose, que el día 13, no pudiendo ajustarse las puertas, se retiró el ingeniero a las 7 de la noche, manifestando no convenía hacer faena alguna, y que no obstante se continuaron con los cabrestantes de tierra, y del navío, con cabos finos, hasta romper ganchos, y manillas de las puertas, se suspende el juicio en asentir a este informe, por que sería esta operación muy opuesta a las órdenes comunicadas para que se haga todo cuanto advierta el ingeniero, y no es creíble que VS. autorizase al constructor para esta trasgresión, ni que él de suyo se atreviese a ella. »Conocido, como está, que Bryant se opone a Feringán; que no habiendo el primero acertado a lo que sólo le incumbía, que son las puertas, y cajón: y que en asunto tan delicado como la obra de un dique, primero en el Mediterráneo, intentan dar dictamen los a quien no pertenece: repito a VS: ser el ánimo del Rey, que sólo, sólo, el ingeniero autor de la fábrica, examina, diga, y ejercite cuanto le parezca, y que únicamente se escuche al constructor, y se aplique pronto remedio cuando represente que el navío se arriesga o puede padecer; en cuyo caso VS. y el marqués de Spínola, a quien se da esta misma orden, providencien sacar el navío; y que a fin de que el constructor no se disculpe en cualquier inconveniente de esta naturaleza, se le haga entender la responsabilidad en que (para este sólo objeto de la seguridad del buque) se le constituye» (24). En efecto, con ocasión de la rotura en la primera prueba de los dos diques, se ordenó a Jorge Juan pasar en abril a Cartagena para «reconocer el daño y su causa, y tratar del remedio, que llevaba bien meditado y asegurado en su idea de lo mismo que convenía; pero á su arribo halló muy opuestos, no solo los dictámenes de los Superiores, con quienes se había de celebrar la Junta, sino los de todo el Pueblo, y lo que es más, los de los mismos Facultativos, suponiendo todos, con Plinio, la venida por allí de un Río subterráneo, cuyo curso, que creían entonces impedido, sentaban causante de tan extraordinario rompimiento, y así pretendían atajarle con una Zanja y Bombas del lado de tierra, para que cerrando la Embocadura de los Diques con un Caxon, se pudiera principiar y seguir la obra. »Esto habría puesto á D. Jorge Juan en notable embarazo, y acaso se hubiera imposibilitado el remedio, si por fortuna, tratando separadamente á los Ingenieros y al Constructor, no hubiese apartarles de aquella idea, y atraerles á su dictamen, que en substancia se reducía á desechar, como extravagantes, los temores del Río subterráneo, y consiguientemente los gastos inútiles de la Zanja y Bombas del lado de tierra; pues aun concediendo que de esta viniesen, como vendrían, algunos Veneros, nunca su caudal ni actividad podría llegar á ser capaces de producir tanto daño, que debía provenir del mismo Mar, que gravitando sobre las Puertas y Pavimentos de los Diques, era (24) Ibidem. Año 2014 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 39


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