Historia << 57 haber sido él el elegido para el cargo, o bien por excesivo “respeto” al mando de La Legión. Como muestra, las siguientes afirmaciones textuales: “…, llamado para hacerle el regalo del mando de El Tercio en esta ocasión tan inoportuna, en que la oficialidad está dividida y con un espíritu de independencia tan intolerable, que ha de proporcionar al que lo mande unos serios disgustos….. …Conociendo como conozco el personal todo de El Tercio, era necesario que unos cuantos se marcharan al ir yo para evitar que los echara. …Mi credo militar dista mucho de coincidir con el de La Legión”. Como ya sabemos, sería finalmente el coronel Liniers, jefe fundador de la V Bandera en 1921 y de la segunda Legión en 1925, el honrado con el cargo. ¿Qué fue de Sanz de Larín? Si ya nos parece interesante el amplio historial militar de nuestro protagonista, que se inicia como educando de banda con 14 años en 1896, y se forja en tierras marroquíes donde destacan sus destinos en las fuerzas Regulares, la policía indígena y al mando de La Legión, lo que acontece posteriormente tampoco tiene desperdicio. Tras ser cesado como jefe del Tercio, y destinado el mismo mes de julio de 1929 como jefe del regimiento de infantería de León, descubrimos la siguiente reseña en el diario ABC de fecha 28 de abril de 1931: “El arresto del coronel Sanz de Larín. Ha marchado a Cádiz, para ingresar en el castillo de Santa Catalina, donde sufrirá dos meses de arresto por un escrito considerado irrespetuoso, el coronel que mandaba el regimiento de León, D. Eugenio Sanz de Larín.” Acudimos en esta ocasión a su hoja de servicios para “destapar” otro hecho relevante y que muestra la trascendencia de los principios morales en nuestro protagonista. Leamos un extracto de la misma tras el advenimiento de la segunda república: 1931. …… “En la noche del 14 de abril le fue comunicada telefónicamente desde la capitanía general por el general de su brigada la abolición de la monarquía con el extrañamiento de S.M. el Rey y el acceso al gobierno de la nación del comité político de la república, presidido por el ex-ministro de la corona D. Niceto Alcalá Zamora, requiriéndole para que al igual que sus superiores lo hacían, acatara y se dispusiera a servicio al nuevo régimen. Desatendiendo ese requerimiento, resignó inmediatamente el mando en el teniente coronel D. Carlos Gil de Arévalo, trasladándose a continuación a Madrid, donde en la mañana del día siguiente -15- entregó al Excmo. Sr. capitán general accidental de la región, en el propio despacho de éste, un escrito pidiendo el retiro del ejército”. Desgraciadamente no hemos tenido acceso al citado escrito, que prometía ser interesante, ya que
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