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LA LEGION 519

>> Historia El general Carrasco finaliza la información con el siguiente texto: "Como consecuencia de lo expuesto, el general que suscribe, entiende que el coronel Sanz de Larín, jefe prestigioso y de gran espíritu, pero excesivamente celoso en el mando que ejerce, entendiendo que estaba mediatizado en él, ha empleado un procedimiento que si a su juicio le daba la autoridad que él estimaba cercenada, es completamente inadmisible su aceptación, pues destruiría los principios militares mas fundamentales para el sostenimiento de la disciplina, debiendo, si se consideraba deprimido en el ejercicio de su cargo, acudir a sus jefes en la forma que previenen las leyes y reglamentos vigentes y muy especialmente el artículo 2º de la órdenes generales para oficiales." El general Jordana finalmente le impondría el 8 de julio la sanción de 14 días de arresto, sirviéndole de abono lo que llevaba cumplido, y lo apartaría del mando de La Legión. Gestiones para la designación del nuevo jefe del Tercio Una vez conocidos los verdaderos motivos por los que Sanz de Larín dejó el mando del Tercio, la siguiente parte de nuestra historia está relacionada con las gestiones efectuadas por el general Gómez-Jordana, alto comisario y jefe superior de las fuerzas militares en Marruecos en esas fechas, para designar a un militar acreditado para un mando de tal categoría. Y de nuevo acudimos al archivo Varela para averiguar que inicialmente el elegido fue el prestigioso militar bilaureado, que recibió una propuesta para aceptar dicho mando, al cual renunció. En una carta del general Gómez-Jordana fechada el 4 de julio de 1929 (aunque en la carta original aparece erróneamente el año 1928) al entonces coronel Varela, podemos leer lo siguiente: “Amigo Varela: Como consecuencia de un incidente entre el gral. Millán y el coronel Sanz de Larín, es muy probable que éste cese en el mando de La Legión. Si fuera así ¿le agradaría este mando? Ya sé no entran en sus cálculos mandos en África; pero es éste tan importante y bonito para un jefe de su valía y convicciones”. El tema debió llevarse de manera muy discreta, como prueba el sistema de lenguaje convenido que propone el general. Transcribimos de nuevo la citada carta: “Como caso de cesar Sanz sería en plazo muy breve, le agradeceré mucho que tan pronto como reciba ésta me conteste telegráficamente 56 diciéndome si acepta: “Muy agradecido le saludo muy afectuosamente”, y si no acepta “agradecido”. Le saludo afectuosamente”. La historia legionaria nos muestra que los “muy” no aparecieron en su respuesta al general. Sobre este asunto, acudimos de nuevo a la correspondencia que remite el coronel García Álvarez al coronel Varela, de la que destacamos unos párrafos que resultan reveladores: “….ha hecho V bien y puede estar seguro de que todos sus amigos de verdad, nos hemos alegrado de su decisión y de su triunfo, que encontraba difícil por el empeño que en traerle por aquí tenía y tiene el general Jordana”. Según se desprende de la citada carta, el entonces coronel Varela, además de renunciar, propuso a su amigo el coronel García Álvarez para el puesto. García Álvarez, que como hemos visto tuvo un papel destacado en la instrucción del incidente, se despacha en la carta con unas valoraciones poco cariñosas hacia las fuerzas legionarias. Quizá el motivo fuera el hecho de no


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