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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 319

focadas, según sus palabras, «a tratar las importantes secuelas que padecía, tanto cicatrizales, como para recuperar las funciones de las partes afectadas, la nariz y la boca». Las intervenciones fueron un éxito. Setara se recuperaba rápidamente mientras paseaba por el jardín del Gómez Ulla en compañía de Magda, su intérprete, una española de origen persa que ha estado a su lado e incluso le ha enseñado a tejer y a escribir. A mediados de septiembre fue dada de alta en el Gómez Ulla y regresó a su casa en Afganistán. Allí la esperaban sus cuatro hijas de doce, nueve, cuatro y dos años, con las que tuvo contacto telefónico constante durante el tiempo que estuvo en nuestro país. No obstante, la joven ha seguido acudiendo al hospital de la base de apoyo avanzado en Herat, desde dónde el doctor de Juan ha vigilado su evolución por telemedicina. Tras esperar el tiempo prudencial, estimado entre seis y ocho meses, para que la naturaleza mejorase todo lo posible las secuelas postoperatorias, este mes de julio Setara vuelve a España para ser intervenida de nuevo. «Una vez restituidas las funciones de las partes afectadas», explica el teniente coronel de Juan, «ahora intentaremos mejorar el aspecto estético de las secuelas. Nuestro reto es conseguir borrar todos los estigmas estéticos que le han producido estas lesiones». EL LLANTO DE ZAINAB A Zainab Saberi le tendrían que cortar la pierna. Con tan solo tres años, esta pequeña, hija de un policía afgano, sufría una osteomielitis grave, es decir, una infección de los huesos, que le había destruido la tibia y el peroné de la pierna izquierda. Llegó en 2012 a Qala-i-Naw, después de que las tropas estadounidenses, que la habían operado en un principio, decidieran que no podían hacer nada más por ella. Sus llantos atrajeron la atención del ministro Pedro Morenés en una visita a las tropas españolas. En Afganistán no habría más remedio que amputarle la pierna, le dijeron los médicos de la base. Entonces Morenés recordó algo: el convenio firmado entre el ministerio La pequeña Zainab fue operada con éxito en el hospital Sant Joan de Déu de una infección en los huesos que le había destruido la pierna izquierda. de Defensa y el programa Cuidam del hospital Sant Joan de Déu, y telefoneó a Xabier Pomes, exconsejero de Sanidad y de Interior de la Generalitat y uno de los responsables de la orden hospitalaria, para poner la cadena en marcha. Cuidam es un programa solidario del hospital Sant Joan de Déu que se financia a través de fondos privados y posibilita que niños enfermos en situaciones desfavorecidas se trasladen a este centro para ser tratados con los recursos médico-quirúrgicos necesarios y especializados, que en sus países de origen los sistemas sanitarios no les pueden ofrecer. Desde la creación del programa, hace once años, han atendido a 230 niños que, para formar parte del mismo, tienen que cumplir con dos requisitos: que vayan a ser tratados de enfermedades o problemas que pongan en peligro su vida o afecten seriamente a la calidad de la misma y que se puedan recuperar completamente en España antes de volver a sus países. En 2004, siendo la titular de Defensa Carmen Chacón, el ministerio firmó un convenio con el programa a través del cual el primero se encarga de traer al paciente al hospital y ofrecer soporte a los familiares y el segundo corre con los gastos de la intervención. El doctor Francisco José Cambra, director del programa Cuidam, señala que, en primer lugar, se realiza «una videoconferencia con el hospital militar en el que se encuentra el niño o la niña para verles y asistir a las valoraciones y pruebas que se les realizan». Así pues, la telemedicina, que se lleva a cabo a través del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla «es muy importante para nosotros», afirma el doctor Cambra, ya que permite «conocernos, hablar directamente con los militares médicos en zona de operaciones y decidir si el niño puede venir a tratarse al hospital o no». Zainab estrenó este convenio entre el programa Cuidam y el 28 Revista Española de Defensa Julio-Agosto 2015 MDE Los hospitales militares en Afganistán vigilan la evolución de los pacientes hasta el alta definitiva


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