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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 124

JOSé ANTONIO OCAMPO «Dejaron los expedicionarios el puerto de Cebú el viernes primero de junio, como queda dicho, pero no terminaron de franquear la silanga o paso entre aquella isla y la de Mactán hasta el domingo siguiente, en que, libres de puntas, navegaron al nordeste. Vista la isla Paciján, la más occidental del grupo de los Comotes, arrumbaron al Norte, a salir de entre la citada isla de Cebú y la de Leite. Continuando a este rumbo, reconocen, en la bocana, las pequeñas islas Malapascua y Carnasa y, más adelante, las de Gigantangán y Bilirán, así como otras más pequeñas. Guiñando un poco al Nordeste —al estar tanto avante con la isla de Maripipí— fueron a pasar entre las islas de Dalumpiri y Capul. Acababan de hacer este paso e iban a abocar el estrecho de San Bernardino, cuando, probablemente faltos de viento, la fuerte corriente que se experimenta en su angostura les derrotó unas doce millas al Sudoeste, llevándolas a surgir a levante de la isla que llamaron “El Peñol” —hoy San Andrés— del grupo de los Naranjos. »De esta isla, en la que anduvieron a la busca de agua, que no hallaron, se hicieron a la mar para intentar, por segunda vez, cruzar el estrecho, pero no habiendo podido ganar camino al Norte a causa de la corriente y, también, por flojo el viento del Nordeste que soplaba —del Norte, dice Rodrigo de Espinosa que era, y Esteban Rodríguez que del Leste— fueron a fondear a isla Capul, que nombraron “La Ascensión”por ser víspera de esta festividad, donde, si no encontraron agua, sí les fue posible proveerse de arroz, cocos, gallinas y puercos en abundancia. »El jueves 7, al fijarse el viento del Sudoeste, levaron de esta isla, pero, una vez más, la corriente les impidió ganar en latitud, no obstante ser el viento favorable para cruzar el estrecho de San Bernardino: a la isla de los volcanes Luzón fueron a surgir probablemente cerca de la isla Calintaan, la más al sur del grupo de los Triclines, y por dentro del bajo Calañitas. Acababan de fondear, cuando, por desfogar un fuerte chubasco de agua y viento del Sudoeste —que en Filipinas se distingue con el nombre de colla— se vieron en peligro de dar con la nao en la costa consiguiendo salvar este riesgo por lo prestos que anduvieron en levar el ancla y maniobrar para fuera seguidamente. »Durante la noche, sin siquiera darse cuenta, pasaron el estrecho, surgiendo al siguiente día a poniente de isla Viri, cuyo fondeadero no abandonaron hasta la mañana de sábado 9, bien por recelar de las corrientes que observaron entre dicha isla y el islote de San Bernardino y ser, quizás, flojo el viento, o porque esperaran, para salir a franquía, tener la marea a favor. »Este día navegaron a rumbos cercanos al Leste, corriendo el frontón Norte de la costa de la isla filipina, o Samar, cuyas tierras perdieron de vista al siguiente. »El jueves 21, festividad del Corpus Christi, avistaron un islote, a cuya semejanza con un barco se debe, sin duda, la denominación “Parece vela” que tiene en las cartas; a buen seguro que, de haber dado en él de noche, hubieran perecido». 128 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 124


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