Page 128

REVISTA DE HISTORIA NAVAL 124

LA HISTORIA MARÍTIMA EN EL MUNDO josé Antonio OCAMPO ANEIROS Coronel de Máquinas (R) LA HISTORIA VIVIDA El estrecho de San Bernardino, puerta del Pacífico EL 1 de junio de 1565, la nao San Pedro salía del puerto de Cebú, en el archipiélago de Filipinas, «a la buena ventura» —al decir de entonces— para intentar el regreso a Nueva España por una derrota que se presumía no solo larga, sino impracticable —los intentos efectuados a tal fin por ambos lados de la equinoccial habían resultado hasta entonces infructuosos—. En la mencionada nao retornaba la expedición de Legazpi, cuyo nieto Felipe Salcedo capitaneaba la San Pedro con tan solo diecisiete años, pues la instrucción dada por la Audiencia de México preceptuaba que, para el caso de que el zumaragano se quedase en las «islas de Poniente», su sustituto había de ser un hombre de su confianza. Al igual que en el viaje de ida, Esteban Rodríguez figura como piloto mayor de la jornada, en la que encontrará su fin pocos días antes de dar fondo en Acapulco, cuando el éxito de la empresa estaba ya asegurado. Con su fallecimiento quedó inconclusa la relación del viaje de vuelta que venía levantando, por lo que se hizo preciso completarla con lo expresado por Rodrigo de Espinosa. El relato de este ofrece un singular interés pues, merced a lo hábil de su redacción, sobre todo en cuanto se refiere a la navegación interinsular por el archipiélago filipino hasta el segundo intento de salir a mar libre, permite seguir con toda exactitud la aventura que nos ocupa. La intención del autor al traer aquí un hecho aparentemente tan simple como el inicio de un viaje por mar es mostrar a los historiadores navales las intrincadas maniobras y los riesgos que en toda ocasión implica una salida de estas características, siempre a expensas del estado de la mar y la dirección de los vientos locales y que, como impedimento adicional, ha de bregar con lo angosto de los pasos entre islas. Como muestra de lo dicho baste señalar el número de naufragios habidos en ese archipiélago —uno de ellos lo padeció el galeón San Diego, parte de cuyos restos se exponen en el Museo Naval de Madrid—. y es que, frecuentemente, detrás de ciertos hechos históricos en apariencia anodinos se oculta un admirable trasfondo solo accesible a los especialistas, únicos capaces de valorarlo en su justa medida. Año 2014 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 127


REVISTA DE HISTORIA NAVAL 124
To see the actual publication please follow the link above