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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 124

MATAgORDA: BALUARTE gADITANO En total, la fuerza desplegada en la defensa de la Isla de León y de Cádiz alcanzaba los 17.000 hombres, con 400 caballos y 350 cañones, a los que hay que añadir las milicias locales y las tropas británicas y portuguesas del teniente general Thomas Graham, compuestas de 10 regimientos británicos y uno portugués muy disminuidos de personal, ya que sumaban 4.000 hombres, con 400 caballos y 70 cañones. Estas fuerzas estaban desplegadas entre la Isla de León y la playa de Sancti Petri. Conquista de Matagorda Los ejércitos franceses, atrincherados en una línea que pasaba por Chiclana de la Frontera, Puerto Real, El Puerto de Santa María, Rota y Sanlúcar de Barrameda, pusieron sitio a la ciudad de Cádiz y la Isla de León. Los enfrentamientos entre los ejércitos se focalizaron en la península del Trocadero, en poder de los españoles, y en el caño de Sancti Petri, en la zona de Chiclana. El terreno fangoso que rodea las sólidas fortificaciones gaditanas resultó muy difícil de atravesar para las tropas napoleónicas, que además sufrieron la falta de suministros producida por la actuación de la guerrilla en la retaguardia, por lo que el sitio francés a Cádiz fue en gran medida ilusorio. Los gaditanos estaban mejor abastecidos por mar que los franceses por tierra. En realidad, un serio estudio estratégico señala con claridad que no había esperanza alguna de que se pudiera tomar la ciudad, ya que, se puede decir, el dominio efectivo francés en Andalucía se limitaba a las llanuras del Guadalquivir y a la ciudad de Sevilla. Realmente, el ejército «sitiado» era el francés, desplegado en terreno hostil y padeciendo una creciente dificultad de suministros. Esta situación es muy comparable a la del ejército alemán del mariscal Erwin Rommel en África en 1942. La toma de la península del Trocadero, en poder español, era precisa para poder bombardear Cádiz y tener la posibilidad de un asalto de fuerzas anfibias (32); por ello se precisaba un ataque al castillo de Matagorda, que era la plataforma de artillería perfecta, desde la cual los franceses pretendían probar contra la ciudad los obuses Villantroys. El 4 de febrero de 1810 los franceses llegaron a Puerto Real. El ataque lo realizó la 1.ª División, al mando del general conde de Ruffin, compuesta por tres regimientos y un batallón de élite. Los encargados de la operación fueron (32) El 24 de octubre de 1810, gracias a la información obtenida de oficiales prisioneros, las autoridades gaditanas tuvieron fehaciente noticia de la llegada a Sanlúcar de Barrameda del coronel ingeniero barón de Saizieu. Llegaba con carpinteros de ribera del 2.º Batallón de la Guardia Imperial, para tener preparadas 22 lanchas cañoneras y 50 embarcaciones de transporte, con capacidad para 4.000 soldados, dispuestas para un asalto por mar en la zona de Puntales, operación que se realizaría embarcando la tropa en Matagorda. Algunas de estas lanchas cañoneras se pasaron por tierra a la fosa de Santa Isabel arrastrándolas a través de la península de Matagorda, desde el río San Pedro hasta el caño del Trocadero, mediante un sistema de anguilas e imadas —similar al empleado en las botaduras de barcos— de un kilómetro de longitud. Año 2014 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 45


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