G. 38

BOLETIN MUSEO AERONAUTICA 77

I T C N AVIO ES ON HIS OR A G. En el año 1927 Hugo Junkers y el ingeniero Ernst Zindel comenzaron a desarrollar un proyecto para la construcción de un hidroavión para misiones trasatlánticas patrocinado por el Ministerio del Aire alemán, pero, finalmente se derivó hacia un avión de transporte de pasajeros y carga, con base terrestre, completamente metálico y en el que se utilizaba el principio de “ala volante”. Los motores, el combustible y los pasajeros se alojaban en el ala. Aunque en aquella época se pensaba que los vuelos de larga distancia sobre el océano solo eran seguros con hidroaviones, teoría mantenida por Dornier, Hugo Junkers diseñó un avión de larga distancia con base terrestre que era el mayor de los de su época. Era sabido que la ambición del profesor Junkers era la de construir una máquina que él llamaba un ala volante porque casi todos los órganos externos, excepto el ala en sí, podían ser suprimidos. De esta forma la relación entre la sustentación y el peso se podría mejorar. En el G.38 el profesor Junkers no había alcanzado su ideal pero había logrado que el fuselaje fuera pequeño en proporción con el ala, y encerrar a los cuatro motores en el interior de la misma. 18 Boletín M.A.A. Estructuralmente el G.38 se ajustaba a la práctica estándar de Junkers, un avión fabricado en duraluminio corrugado y utilizando en el ala, cantiléver, la “doble ala” patentada por él. LOS MOTOreS, eL COMBUSTIBLe Y LOS PASAJerOS Se ALOJABAN eN eL ALA La cola, de dos planos, pretendía reducir las fuerzas del timón; inicialmente hubo tres timones con sólo fijo el central. El tren de aterrizaje era fijo con dos ruedas carenadas, en tándem, en cada pata del tren principal. Las alas eran lo suficientemente gruesas, dos metros en el encastre con el fuselaje, como para permitir el acceso a los motores y para el acomodo de pasajeros, con ventanas en el borde de ataque que permitían una visión frontal. Dos pasajeros más podían alojarse en el morro del avión, con una sensación de pilotarlo ellos mismos. El resto de pasajeros se alojaba en el fuselaje, parte de ellos en el espacio entre las alas, sin ventanas al exterior, y otros en el fuselaje trasero, éstos sí con ventanas. En el interior de las alas iban, además, los depósitos de combustible y los cuatro motores diésel, dos motores inte-


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