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REVISTA GENERAL DE MARINA JULIO 2016

TEMAS GENERALES El chifle La vida militar en tierra y en el mar se conjetura siempre llena de episodios sonoros, de manera que no podemos imaginar una batalla, una marcha o la representación de una parada militar sin el sonido, sin toda una serie de signos comunicativos asentados normativamente sobre un sistema polisémico, organizado desde antiguo en diferentes niveles según se dirigieran a una visita, un embarque, una exhibición de fuerza... Pitadas concebidas incluso en términos cuasi teatrales, abarcando espacios, actores, usos y costumbres, con utilidad práctica para determinados fines y de interés incluso ceremonial: tradición, protocolo, tratamientos personales, etcétera. A diferencia de lo que ocurre con el tambor o con la corneta, que son empleadas también en el Ejército de Tierra y del Aire, el chifle o pito marinero es de uso exclusivo en la Armada. Su utilización es rápida, directa, audible y capaz de llegar hasta todos los que tienen que ejecutar la orden, con independencia de las condiciones atmosféricas, como la lluvia o el viento, y de otros medios o suministros, como los circuitos condensadores o la electricidad. Los contramaestres de la Marina de Guerra han preferido el término chifle al de pito, conduciendo también esto a preferir el término chiflido al de pitada, aunque todas las acepciones podrían ser válidas (22). En este artículo denominamos al silbato marinero con ambos términos, dando mayor variedad al vocabulario. Según lo define el Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento (23), el chifle es un «Instrumento de viento, hecho de plata, de cuatro a cinco pulgadas de largo, compuesto de un tubo y una bola hueca y agujereada, que gastan los contramaestres para llamar, dirigir y mandar a los marineros...» (LORENZO: Diccionario Marítimo Español, s. v. pito). Su descripción se encuentra también en la Instrucción Náuthica de 1587 de García de Palacios (24) como un «silbato de plata o de otra cosa con que el contramaestre rige el navío». Como por su parte apunta el Diccionario Marítimo Español en su edición de 1831, el contramaestre es característicamente quien maneja el chifle o pito marinero, siendo aquel «un hombre de mar experto y antiguo en el servicio», examinado en su profesión y caracterizado en un rango superior a todas las (22) El argot marinero es en la mayoría de los casos muy riguroso, no admitiéndose otras palabras que las apropiadas. Por ejemplo, los cabos no deben llamarse cuerdas, pues se dice que las únicas cuerdas a bordo son la del reloj y la de la campana. Las mujeres que en la actualidad prestan su servicio en la Armada no son marineras, sino marineros, a las que se antepone el artículo la (la marinero, la cabo, la sargento…), siendo la marinera únicamente una prenda del uniforme. (23) MANCHO DUQUE, María Jesús: Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento. Ediciones Universidad de Salamanca. (24) Ibídem. 18 Julio


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