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REVISTA GENERAL DE MARINA JULIO 2016

RuMBO A LA VIDA MARINA Corte de un nautilus (imagen facilitada amablemente por Arturo Valledor). Se aprecia la perfecta espiral logarítmica de la concha, la distribución de compartimentos estancos y los conductos por los que pasa el sifúnculo. de mando»), donde antes de fabricar un nuevo compartimento habitacional al que trasladarse aprovecha, como si fuera un milagroso laboratorio, el agua de mar para desionizarla y hacerla más diluida en relación a su sangre, con lo que los gases que contiene, entre ellos el óxigeno, pasan por ósmosis al torrente sanguíneo del nautilus en un proceso respiratorio de emergencia, cuyos entresijos aún no termina de explicar la ciencia, sabiendo que, normalmente, el nautilus vive en aguas sobradamente oxigenadas. Pero es que el prodigio no queda aquí, porque, si se dan ciertas condiciones de hipoxia, el arcaico pulpo puede recuperar la parte de oxígeno contenida, junto a argón y nitrógeno, en los compartimentos que a voluntad ha hecho estancos para el control de su flotabilidad. Vamos, que el nautilus también inventó el almacén de botellas de aire 500 millones de años antes de que se conociesen las botellas de buceo autónomo. Debemos aclarar que todos los compartimentos que forman la parte mineral del nautilus están controlados y comunicados entre sí por una especie de fina cola, el sifónculo, con el que se completa la parte viva del peculiar cefalópodo. Algo más: al contario que los pulpos normales, que son octópodos, el nautilus puede tener hasta 50 pies en la cabeza —por cierto, sin ventosas—, dos de ellos transformados en una especie de visera o toldo que protege al individuo encerrándolo dentro de su casa. ¡Listos para inmersión! 70 Julio


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