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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 900

LA UNIÓN EUROPEA, EL ESCLAVO ENERGÉTICO DE RUSIA Joaquín Ferro Rodríguez. Máster de Estudios Estratégicos y Seguridad Internacional 6  REVISTA EJÉRCITO • N. 900 ABRIL • 2016 la Real Academia Española, un esclavo es una «persona que carece de libertad por estar bajo el dominio de otra». Esta definición se ajusta al fin del presente trabajo, que trata de examinar si la UE es suficientemente libre para tomar sus propias decisiones en una materia (la energía) en la que depende fuertemente de Rusia. Se podría argumentar también que Rusia es igualmente dependiente de Europa, debido a su elevado nivel de exportaciones y su necesidad de inversiones y tecnología europea. Sin embargo, la diferencia es que mientras Rusia puede vivir un año sin esas exportaciones, inversiones y tecnologías europeas, la UE no sobreviviría más de 30 días sin el gas ruso (Umbach, 2014). Es por ello que en este ensayo se analiza solamente la esclavitud europea. En tercer lugar, el término «energía» se emplea en este ensayo para hacer referencia fundamentalmente al gas, a pesar de que eventualmente otras fuentes de energía puedan formar parte del análisis, como por ejemplo la energía nuclear. El último concepto que es necesario destacar se refiere a Rusia, que aquí equivale tanto a su Gobierno como a sus compañías gasísticas. Como se ha dicho anteriormente, la seguridad energética europea es una cuestión de primer orden en la actualidad. Por tanto, este trabajo trata de profundizar en el tema para estudiar si la UE goza de libertad, en términos de oportunidad política y de disponibilidad de fuentes alternativas, para disminuir su dependencia del gas ruso. Para examinarlo, este ensayo trata de dar respuesta a la siguiente pregunta de investigación: ¿por qué la UE no es libre de tomar sus propias decisiones INTRODUCCIÓN El conflicto ucraniano ha hecho que la energía vuelva a estar en la primera línea del debate europeo. En abril de 2014, Vladimir Putin amenazó a los Estados miembros de la Unión Europea (UE) con cortar por tercera vez desde 2006 el flujo de gas que atraviesa Ucrania si este país seguía sin pagar su deuda e inició así una nueva crisis energética (Umbach, 2014). Esta posibilidad alarmó a la UE, que priorizó los intereses geopolíticos y la seguridad energética en la frontera oriental. En mayo de 2014, la Comisión Europea aprobó su Estrategia Europea de Seguridad Energética para tratar de dar una respuesta al problema. Esta estrategia propone la finalización del mercado interior, la construcción de nuevas interconexiones, el desarrollo del Corredor Sur de gas o una mayor diversificación de fuentes como posibles soluciones a la crisis. Sin embargo, ¿puede la UE implementar verdaderamente esta estrategia? ¿Cuáles son los riesgos de la diversificación? ¿Es de verdad una salida intercambiar la dependencia de un país productor por otro? Para contestar estas cuestiones es necesario prestar atención a los conceptos más importantes de este trabajo. En primer lugar, el término «Unión Europea» hace referencia al conjunto de Estados miembros y su capacidad para trabajar juntos en busca del interés común. Se trata, por tanto, de evaluar la disposición de la UE para dar una respuesta común a la amenaza que supone la alta dependencia del gas ruso. El segundo término que hay que definir, como se indica en el título, es el de «esclavo». Según


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