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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 900

Seguridad y Defensa Dependencia europea del gas ruso REVISTA EJÉRCITO • N. 900 ABRIL • 2016  7  en el dominio de la energía? Como hipótesis, se argumentará aquí que, al menos a corto plazo, y a pesar de los esfuerzos de la Comisión Europea, la UE no tiene ni alternativas viables, ni infraestructuras físicas, ni, en fin, voluntad política para encontrar una solución común al problema. MAGNITUD DE LA ESCLAVITUD Para analizar la esclavitud de la UE es necesario saber hasta qué punto depende del gas ruso. Rusia es el segundo mayor productor de gas natural del mundo, solo por detrás de EEUU. Aunque la UE ha reducido su dependencia gasística de Rusia desde 2010, cuando sus importaciones sumaban el 34% del gas total que importaba (Andoura, 2013: 65), hasta el 27% actual (Comisión Europea, 2014: 2), Moscú es aún la principal fuente de gas de Europa. Sin embargo, las cifras varían muchísimo de un país a otro dentro de la UE. Países como España o Reino Unido no importan nada de gas procedente de Rusia, mientras que otros países de Europa del Este o Central son altamente dependientes del gas ruso. Europa Central (con la excepción de Rumanía, que tiene sus propias reservas) obtiene de Rusia cerca del 70% del gas natural que consume. Bielorrusia, Bulgaria y los países bálticos dependen de Rusia para importar el 90- 100% de su consumo (Kaplan y Chausovsky, 2014). Rusia exporta el 71% de su gas a Europa, y son Alemania e Italia sus principales clientes (Comisión Europea, 2014: 2). El caso alemán es particularmente significativo, ya que desde 2009 Berlín ha conseguido evitar a Ucrania como país de tránsito de gas al abrir el gaseoducto North Stream, que la comunica directamente con Rusia. En 2013, más de 86 billones de metros cúbicos del gas que Gazprom envió a Europa (es decir, la mitad de sus exportaciones al continente) atravesaron Ucrania (Umbach, 2014). Esta diferencia de dependencia entre países afecta directamente a las relaciones del conjunto de la UE con Rusia, como se verá más adelante, y es muy importante a la hora de comprender la difícil situación de ciertos Estados en relación con sus necesidades energéticas. Consecuentemente, y volviendo a la pregunta de investigación del presente trabajo, se puede decir que la UE parte de una situación inicial de desventaja en su relación con Rusia y que la alta dependencia del gas ruso le resta libertad para decidir su propio destino energético. OPCIONES Y LÍMITES PARA LA DIVERSIFICACIÓN Para cambiar esta situación, una de las claves sugeridas por la Comisión Europea en su Estrategia Europea de Seguridad Energética es la diversificación de fuentes de aprovisionamiento


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