Page 55

LA LEGION 535

Historia<< dados y animales, que sembraban todo el suelo; el cuadro más horroroso y macabro que he presenciado en mi vida. Por la noche, presenté los oficios al Comandante Sr. Franco, Jefe entonces de Tercio, por convalecencia del Teniente Coronel señor Millán Astray, me recibió muy benévolo, y al punto dispuso se me alojara, aunque a eso ya habían acudido algunos suboficiales y los dos maestros armeros y herradores, con los que formé una republica más democrática que la que me ofrecieron los Jefes y oficiales. Día 24.- MONTE ARRUIT. Tocaron diana a las cuatro de la madrugada, y yo, todavía en compañía de los de Galicia, tuve que incorporarme a los Tercios, en medio de las tinieblas de la noche púseme al momento en tren de marcha, y armado con la cachaba del médico por tercer pie, incorporado a la Cruz Roja de La Legión, fuimos avanzando en compactos escuadrones hasta la próxima llanura, allí se incorporaron dos compañías del Tercio que acababan de llegar de Ceuta; luego divisamos Monte Arruit, ¡que presentimientos tan tristes, se apoderaron de mi corazón!; lo primero que se ofreció a nuestra vista fue montones enormes de cadáveres, ya apergaminados, asados por el sol africano, en las posturas más horripilantes, y mutilados de la manera espantosa; dudamos entre seguir o retroceder, dos grandes montones de cenizas, con innumerables restos humanos; dos inmensas piras que debieron consumir las carnes de otros nuevos innumerables mártires de la Patria; a unos 15 metros de la pared me llamo la atención un cadáver, separado de los demás, y en una postura al parecer bastante natural, enteramente acostado y casi de medio lado mirando hacia el noroeste; yo no sé qué obsesión me produjo, y parece que no podía separarme de él; mire la bocamanga de la guerrera, pues era de los poco que la llevaba, y vi la señal de dos estrellas; era teniente; faltaba saber de qué regimiento, miro el cuello, y llevaba restos de la cruz de Capellán; un vuelco me produjo el corazón y sentí impulso de abalanzarme hacia el cadáver; ¡era del desgraciado Campoy!, muerto heroicamente en Monte Arruit, hallé sobre su pecho una medalla de la Milagrosa, señal indudable de que alguien, interesado, le había reconocido, además llevaba ya sobre la guerrera la papeleta de identificación, el mismo: D. José María Campoy Irigoyen, Capellán del Rgto. de Alcántara, descanse en paz el heroico jacetano. NOVIEMBRE Día 2. En este día, comenzó el movimiento de tropa en todo el campamento, a fin de estar toda la Columna del Gral. Sanjurjo de la que el Tercio forma parte, formaban la Columna, los Batallones de Otumba y Sevilla, Granada Toledo y Princesa, con unas baterías de montaña como protección y el Tercio (1ª y 2ª Bª) por vanguardia; a las 6 y media se dio la señal de avance, en dirección norte para cooperar en la toma de Taxuda, llegamos sin novedad a un segundo macizo, donde se parapetó la fuerza para desalojar a los moros de la posición llamada “La Esponja”, hubo un momento en que el enemigo apareció a nuestra vista y blandiendo el fusil, a manera de sable, el Tercio enardecido, una vez el enemigo la daba la cara, caló la bayoneta, y ebrio de entusiasmo y sediento de sangre se arrojó al llano a pecho descubierto, a buscar a los rifeños en su misma trinchera; cuando el moro se quiso dar cuenta, el Tercio, representado por unas docenas de valientes legionarios, se hallaba parapetado en la misma trinchera enemiga, después de haber escalado la posición, por cortados riscos; se llegó a la lucha cuerpo a cuerpo que el enemigo; sorprendido, no pudo sobrellevar abandonando en su precipitada huida unos cuantos cadáveres de los suyos. En resumen; tuvo el Tercio 7 muertos y 73 heridos, de ellos unos 15 graves y los demás leves y 6 contusos. Por mi actuación en este día, se me citó en la relación de distinguidos en el Tercio. Día 10. La Duquesa esposa de Cavalcanti, en representación de S.A. Doña Luisa, con una comisión de sevillanos, vino al Campamento y presenció el desfile de la Columna, repartiendo después regalos a los Regimientos que guarnecen la ciudad de Sevilla; los pacos se callaron, sin duda, por respeto a la presencia de la Infanta. Día 22. Amaneció un día magnifico, y como a las tres y media hubiera oído dos descargas, supe ya la causa de los disparos: dos moros se aproximaron a la avanzadilla, y sin duda por ver si los centinelas estaban despiertos soltaron un gatito, los centinelas al ver el bulto que se movía, hicieron fuego, y un triste maullido les indicó la suerte del felino; los centinelas estaban reforzados ante el temor de nocturno asalto; a los poco minutos aparecieron dos bultos mayores, dieron el alto los centinelas y al ver que segundo aviso no contestaban hicieron fuego sobre ellos; uno que resultó herido en el vientre y en el brazo, gritó: “Paisa no tirar estar amigos y venir…”. Al oír esto el centinela, disparo de nuevo gritando: ¿Estar amigo a estas horas? toma con tan buena puntería que le atravesó el cráneo; el otro moro huyó por el barranco, quizá herido, entraron el muerto al campamento, y apareció un tiazo más largo que un día de cuaresma, armado con carabina Máuser en doble seguro, un paquete de munición, una pistola de oficial, una gumía recta, y correaje de tercio: un verdadero amigo de España, ahora sobre todo. DICIEMBRE Día 1º. Ocupación del Harcha. Todavía estaba la Columna en punto de marcha, cuando de pronto un fuerte rumor llamó nuestra atención, hacia el S.O.; dieron de repente orden de avanzar a la 2ª Cª del Tercio, y vimos con sorpresa un crecido rebaño de carneros; eso indicaba que cerca había gente; pronto se resolvió la incógnita; una docena de moras, con otros tantos moros, hombres y chiquillos, llevando delante un buen rebaño de funas, se iban acercando, naturalmente para entregarse; los del Tercio se dedicaron al momento a la razzia, apoderándose del ganado; los regulares fueron a disputárselo, y llegaron unos con otros a las manos; gracias a la oportuna intervención de algunos jefes, no hubo lugar a fatales consecuencias: 535· II-2016 53 La Legión


LA LEGION 535
To see the actual publication please follow the link above