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REVISTA GENERAL DE MARINA JUNIO 2016

TEMAS GENERALES ordenaba para su cumplimiento el secretario de Indias: «No satisfecho Su Majestad con la remuneración antecedente, y deseando quede a la posteridad de Doña Rafaela Herrera recuerdo de una acción que tiene pocos ejemplares, me manda asimismo prevenir a vuestra señoría le haga merced en su Real nombre y uno o dos sitios de tierras realengas, donde las haya más cercanas a la ciudad de Granada, en que reside la agraciada, posesionándola en ellos para que las goce por juro de heredad a sus hijos y descendientes en memoria de la gloriosa acción que hizo en defensa del citado castillo». Y remataron los estadounidenses Tras la independencia nicaragüense, alrededor del lago Cocibolca o Gran Lago de Nicaragua surgió un país, cuyos lagos y ríos estrechan su cintura para facilitar el tránsito entre los dos océanos, lo que fue fundamental para la existencia de un paso transístmico que compitió con el panameño desde tiempos de la conquista, acrecentado cuando en 1848 se descubrió oro en California. Varios empresarios entraron a competir en el transporte de pasajeros entre Nueva York y San Francisco a través de Centroamérica, decantándose muy pronto por Panamá y Nicaragua como mejores alternativas a la travesía por tierra de los Estados Unidos o el viaje por mar doblando el cabo de Hornos. Cornelius Vanderbilt consiguió firmar en 1849 un contrato con el Gobierno nicaragüense para abrir el tránsito a través de aquel país, para lo que mandó la construcción de dos vaporcitos de poco calado para que pudiesen remontar el río y el lago, así como un vapor oceánico, con lo que el viaje total duraría seis días menos que por Panamá. En 1855 la ruta por Nicaragua ya competía con la panameña. La invasión del país por el filibustero yanqui William Walker dio al traste con la Compañía Accesoria del Tránsito, que acabó definitivamente sus operaciones en 1868. En 1885, Menocal, ingeniero director de la Compañía del Canal de Nicaragua, recibió el encargo de revisar los proyectos existentes a fin de emprender las obras de un canal de 28 pies de profundidad, con un coste de sesenta millones de dólares, para lo que una legión de ingenieros americanos estuvieron haciendo hasta 1892 un proyecto que se caracterizaba por la construcción de dos represas que harían subir 60 pies la superficie del río San Juan, haciendo refluir sus aguas y las del río San Carlos en los dos valles adyacentes, que quedarían convertidos en lagos, sirviendo así de continuación al mismo lago de Nicaragua. En la entrada atlántica se construirían tres esclusas; la masa montañosa oriental sería taladrada en una extensión de tres millas, construyéndose otras tres esclusas en la parte del Pacífico Entre tanto, Ferdinand de Lesseps fundó en 1878 la Compagnie Universelle du Canal Interoceanique de Panamá, que consolidó una concesión del Gobierno colombiano; pero, ante el fracaso en el intento, fue liquidada en 1889. Desde el principio de su presidencia, Theodore Roosevelt, alentado por 836 Junio


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