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Revista General de Marina 270_1

TEMAS GENERALES ros a las 03:51, y los acorazados a las 03:53, los primeros a una distancia de 15.500 yardas y los acorazados a 23.500 yardas. El Yamashiro y el Mogami cambiaron el rumbo para utilizar toda su artillería, mientras eran a la vez atacados con torpedos que lograron dos impactos sobre el acorazado. El crucero pesado Mogami, incendiado, inició la retirada, pero antes lanzó sus torpedos. A las 04:00, tras una enorme explosión, quedó casi parado. Nishimura, en el Yamashiro, continuó imperturbable disparando toda su artillería, pero machacado por una lluvia de proyectiles de 16 y 14 pulgadas de los acorazados, y los de 6 y 8 pulgadas de los cruceros acabaron hundiéndole. Shima, que a las 04:10 había irrumpido en el estrecho a 28 nudos, observó al Fuso ardiendo en dos mitades, y cuando a las 04:20 distinguió en el radar a la flota enemiga, ordenó lanzar los torpedos a los dos cruceros, incorporó a sus destructores y se retiró hacia el sur, colisionando su buque insignia, el crucero pesado Nashi, con el maltrecho Mogami, que se encontraba ardiendo y parecía parado. Este rechazó varios ataques de lanchas, hundiendo a una de ellas, hasta que con la luz del día fue descubierto por los aviones de la Séptima Flota, que acabaron con el crucero. El Shigure fue el único barco de la fuerza de Nishimura que sobrevivió. Entretanto, la todavía enorme fuerza de Takeo Kurita había rebasado el estrecho de San Bernardino y accedía por el norte al golfo de Leyte, contorneando la isla de Samar y sorprendiendo a los confiados norteamericanos en la situación con la que empezamos el relato. Lo que parecía imposible había sucedido: la fuerza de desembarco norteamericana había sido sorprendida, el plan SHO había tenido éxito; el sacrificio de Nishimura ya no parecía inútil y los acorazados de Oldendorf se encontraban casi sin munición aunque, lamentablemente para los japoneses, Kurita ignoraba esto último. Halsey se encontraba entonces a 300 millas por el norte, justo donde querían los japoneses, y había ordenado formar la línea de batalla con los acorazados por la proa de sus portaaviones para destruir a los ansiados portaaviones japoneses, mientras Nimitz y Kinkaid suponían a esta fuerza en las proximidades del estrecho de San Bernardino. Las fuerzas de protección del desembarco en el golfo de Leyte se encontraban divididas en tres grupos. El que se encontraba más al norte, y por lo tanto el más cercano al enemigo, era Taffy-3, como era informalmente conocido el Task Unit 77.4.3. Lo mandaba el contralmirante Clifton Sprague y estaba compuesto por seis portaaviones de escolta, tres destructores de escuadra y cuatro de escolta. Esta modesta fuerza tenía enfrente nada menos que dos acorazados, dos cruceros de batalla, seis cruceros pesados, dos ligeros y once destructores que ya habían comenzado a descargar todo el poder de su potente artillería. Clifton Sprague decidió resolver la situación lanzando contra el enemigo todos los aviones embarcados. El problema era que tenía que dirigirse al sudoeste para acercarse a los acorazados de Oldendorf, pero para largar a sus avio- 2016 15


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