TEMAS GENERALES derroteros hasta el próspero Imperio chino por parte de potencias europeas, sobre todo por vía marítima. Este fue el principal factor que impulsó las exploraciones portuguesas del océano Índico. Para el mundo islámico, la Ruta de la Seda supuso una excelente fuente de ingresos que se convirtió en la base de su economía. Para Europa, su desaparición supuso una sangría económica irrenunciable (los productos eran insustituibles). Como respuesta a este hecho, Europa se lanzó a buscar nuevas rutas marítimas, originando la era de los descubrimientos. Este relanzamiento de la Nueva Ruta de la Seda posibilita, según Pekín, la prosperidad compartida, por lo que la mejor manera de promover la cooperación y la confianza es asegurar que la iniciativa aporte beneficios claros a todas las partes. La Nueva Ruta debe basarse en la diversidad de fuentes de financiación, la participación activa de Estados y de actores multilaterales y privados, así como en una organización eficaz e incluyente. Al igual que la antigua Ruta, la nueva está constituida por varias líneas de comunicaciones ferroviarias, por carreteras y marítimas. La aplicación de este modelo integral al proyecto de la Nueva Ruta de la Seda, incorporando en particular a Europa, China, Rusia e instituciones multilaterales, vendrá a reforzar iniciativas existentes, como la relativa a transporte, comercio y energía del Programa de Cooperación Económica Regional de Asia Central, que opera bajo los auspicios del Banco Asiático de Desarrollo, con aportaciones del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo. 2016 51
Revista General de Marina 270_1
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