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REVISTA GENERAL DE MARINA 2016

embarque del que no lo hiciese, disponiendo al mismo tiempo que los frailes y sacerdotes que marchaban con las expediciones se distribuyesen entre los buques para administrar los sacramentos. De este modo en las largas navegaciones se rezaba el rosario, se escuchaban sermones y se recibía la absolución de los pecados, hasta que entre los años 1610 y 1620 se autorizaron las misas a bordo, excepto en las galeras, donde nunca se celebraron. J. A. G. V. 24.973.—Con la iglesia hemos topado Hoy en día, y gracias a la moderna tecnología, está muy en boga rescatar pecios hundidos para conseguir hacerse con su botín, lo que causa numerosos conflictos entre diferentes países, que intentan adjudicarse la propiedad del buque. En la costa irlandesa estos naufragios fueron muy comunes, por lo que se decretó que los restos de los pecios pasaran a ser propiedad de la autoridad de tierra firme que estuviera más cerca de la catástrofe, lo cual a su vez generaba, cómo no, batallas interminables entre el gobernador del puerto, el regente de la ciudad e incluso el obispo, tras lo que se decretó que la ganancia rescatada solamente pudiera repartirse en caso de no haber supervivientes; o sea, si los había, el botín les pertenecía. Este fue el caso, en 1930, de un barco que se hundió en la bahía de Dublín, siendo el único ser que sobrevivió una vaca… sí, una vaca. De acuerdo con lo pactado, estaba claro que el animal era el único dueño del tesoro resultante. Según el alcalde, esta pertenecía a los establos municipales, aunque el obispo mantenía que siempre había estado en los jardines de la catedral. La disputa no tardó mucho en resolverse y, como no podía ser menos, tras interminables artimañas diplomáticas, la iglesia fue la que se llevó el gato al agua o, mejor dicho, la vaca del agua, y con ella, su suculento botín. A. Á. R. 24.974.—Actor y marino MISCELÁNEA Han sido varios los casos de personajes que han sido actores y marinos, y esto ha ocurrido en más de una marina. En esta ocasión nos referimos a Issur Danilovich, más conocido por su nombre artístico Kirk Douglas. Siendo alférez de fragata y destinado en el cazasubmarinos PC-1139 de la Marina norteamericana, en plena Segunda Guerra Mundial, sufrió un accidente durante una acción antisubmarina en enero del 1944. Por el efecto de la explosión de una carga de profundidad cayó en cubierta, dándose un buen golpe en el estómago. Como aparentemente solamente había moratones, no se le dio excesiva importancia. La casualidad hizo que unos días más tarde otro miembro de la dotación tuviera un ataque grave de apendicitis y el cazasubmarinos hubo de entrar urgentemente en puerto para su desembarco. Se aprovechó entonces para que un especialista Kirk Douglas. (Foto: www.wikipedia.org). 2016 505


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