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REVISTA GENERAL DE MARINA AGO-SEPT 2016

CENTENARIO DE LA CREACIóN DE LA AERONÁUTICA NAVAL mundo. La cubierta era, efectivamente, de madera, su propulsión calderas de vapor, el buque la mínima expresión de un portaviones y quedaba mucho, muchísimo por aprender, pero allí estábamos y ni siquiera era 1970. Hasta aquí, todo podía considerarse parte de un plan bien urdido, coherente y excepcionalmente ejecutado. El nacimiento de las dos siguientes escuadrillas, la Sexta y la Séptima, a pesar de tener un objetivo operativo concreto, surgió de unas vicisitudes no del todo esperadas. Ambas tuvieron en su origen los nuevos Acuerdos de Amistad y Cooperación entre España y Estados Unidos de 1970. La Sexta Escuadrilla se creó en 1972, incorporando helicópteros del modelo Hughes 500M. La cuestión es que, previamente, la Marina de los Estados Unidos había realizado un experimento a base de drones (lo que hoy llamaríamos UAV o RPAS) de ala rotante para el lanzamiento de torpedos antisubmarinos, operando desde destructores. Ante el fracaso de este proyecto, conocido como DASH, los americanos pretendieron «endosárnoslos», pero el Arma Aérea se negó en rotundo. Sin embargo, la presión política y la firma del nuevo acuerdo de colaboración de 1970 recomendaron un gesto por parte de España por el cual se incorporaron los Hughes 500. Su misión operativa original fue el lanzamiento de torpedos, para lo que habrían de operar a bordo de los destructores de la clase FRAM, Churruca, Gravina, Méndez Núñez, Lángara y Blas de Lezo, que de hecho contaban con un pequeño hangar que la Marina de los Estados Unidos había dispuesto precisamente para el DASH. Aunque su aportación a la guerra antisubmarina moderna no pasará a la historia, es fácil imaginar cómo contribuyeron a crear una mentalidad aeronaval tanto en las dotaciones de los barcos como en las propias UNAEMb, pues unos y otros tenían mucho que aprender. Los Hughes 500, que durante una temporada tuvieron prevista su baja en 1984, posteriormente retrasada a 1990, siguen todavía en servicio. A ello ha contribuido su bajísimo coeficiente de mantenimiento y precio de operación. Misiones como la fotografía aérea, reconocimiento, transporte ligero, calibración de sistemas electrónicos embarcados, adiestramiento o simplemente apoyo a nuevas misiones, como la colaboración en la extinción de incendios forestales, ha permitido a la Sexta Escuadrilla rendir un gran servicio, tal vez poco reconocido. La Séptima Escuadrilla, nacida igualmente en 1972 y también como consecuencia de los Acuerdos de Amistad y Cooperación de 1970, estuvo formada por un impresionante helicóptero de ataque, el AH-1G Huey Cobra, a pesar de lo cual tuvo una corta vida de apenas quince años. A ello contribuiría sin duda el elevado índice de siniestralidad y algunos fallos mecánicos en el rotor de cola, que hicieron aconsejable desistir de la aventura. La elevada potencia de su turbina y su enorme maniobrabilidad, así como su diseño operativo, ideado para el vuelo a baja cota, especialmente en apoyo a las operaciones anfibias para el que habían sido adquiridos, tal vez fueron demasiado para la incipiente Seguridad en Vuelo de aquellos años. La Séptima 2016 243


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