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REVISTA GENERAL DE MARINA AGO-SEPT 2016

EL ARMA AÉREA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO. CAMINO DEL CENTENARIO... Desde 1973, Hawker y McDonnell trabajaban juntos en el proyecto de un Harrier con un motor más potente, con mayor radio de acción y mayor capacidad de carga. En 1977 Hawker se nacionalizó convirtiéndose en british Aerospace (bAe) y continuó trabajando con McDonnell en la producción del Harrier. Sin embargo, la escasez de fondos y el turbio futuro del proyecto hicieron que el Gobierno británico se retirase del programa. A pesar de las restricciones presupuestarias, en 1976 el Departamento de Defensa Americano (DoD) autorizó continuar con el programa de mejoras del Harrier; pero con fondos exiguos y sin más clientes que el USMC el Harrier pasó sus años más amargos. El Congreso americano y la US Navy estuvieron a punto de cancelarlo en varias ocasiones; el futuro no era nada prometedor para un concepto de avión quizás demasiado innovador para la época pero tecnológicamente inmaduro. El concepto V/STOL (17) no terminaba de convencer, con un avión justo de potencia y con demasiados accidentes fatales a sus espaldas. Fue el tesón del USMC, al reclamar una aviación propia, lo que inicialmente sostuvo el programa, consiguiendo que el lobby industrial liderado por McDonnell y bAe en los Estados Unidos obtuviese en 1981 el apoyo del Congreso para la continuidad del programa. Mientras tanto, la Armada se había familiarizado con el empleo de los AV8 a bordo del Dédalo, adaptando sus tácticas navales para acoger a los rebautizados «Matadores». La botadura del nuevo portaaviones Príncipe de Asturias, el 22 de mayo de 1982, evidenció la necesidad de disponer de más aeronaves de ala fija. Para ello, a mediados de los ochenta se estableció una oficina en Cristal City, cerca de NAVAIR y del PMA-257 (18), en la que además de coordinar el sostenimiento de nuestros aviones se gestionó la adquisición de una docena de unidades del nuevo modelo AV8-B Harrier II. Fue en octubre de 1987 cuando aparecieron en Rota los tres primeros AV8-B Harrier II, los «Cobras». Recuperación y debriefing: el futuro de la Aviación Embarcada Pero el cambio del modelo tradicional de conflicto armado, en el que la variedad y asimetría de las amenazas confunden las fronteras entre aliados y enemigos, demandaba unos sistemas de armas más exigentes. En el caso del Harrier, se tradujo en una necesidad de modernizar los sistemas del avión (19). Las nuevas «reglas de enfrentamiento» obligaron a la Aviación Embar- (17) Vertical, Short Take off and Landing. (18) Naval Air System Command y la oficina PMA-257 del Programa Harrier. (19) Las lecciones aprendidas de la Primera Guerra del Golfo y del conflicto en la Antigua Yugoslavia se incorporaron como iniciativas de modernización y cambios de ingeniería en la oficina del Programa Harrier en NAVAIR (PMA-257). 266 Agosto-septiembre


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