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REVISTA GENERAL DE MARINA AGO-SEPT 2016

EL ARMA AÉREA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO. CAMINO DEL CENTENARIO... El segundo Dédalo. El renacer de nuestra aviación embarcada En 1965, en el Estado Mayor de la Armada (EMA) se decidió la creación de un grupo antisubmarino centrado en un portaaviones ligero que se obtendría gracias a los convenios hispano-estadounidenses. A finales de ese año, una comisión de la Armada seleccionó en Norfolk al USS Cabot como el buque más adecuado por su estado de conservación. Se trataba de un portaaviones de escolta de la clase Independence, de 16.185 t a plena carga, 189,9 m de eslora, 33,2 m de manga en la cubierta de vuelo y 8,5 m de calado, que había tomado parte muy activa en las batallas aeronavales del Pacífico en la Segunda Guerra Mundial, en la que incluso había sufrido el impacto de dos kamikazes el 25 de noviembre de 1944. En 1947 había pasado a la situación de reserva, aunque fue activado entre 1948 y 1955 como portaaviones antisubmarino y en 1959 como transporte auxiliar de aviones. En 1966 se aprobó su préstamo a España por cinco años renovables, y el Arsenal de Filadelfia efectuó las obras de transformación del buque, rebautizado como Dédalo (en honor de su antecesor) con la numeral PH-01. Después de su entrega a España, el 30 de agosto de 1967, estuvo dedicado al adiestramiento hasta el 12 de diciembre, fecha en que partió hacia Cádiz, a donde llegaría el día 20 de ese mes. A principios de 1968 se decidió que su base sería Rota y se efectuó su puesta a punto operativa, tras lo que participaría en el primer ejercicio aeronaval efectuado por la Armada desde el año 1933, el 276 Agosto-septiembre


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