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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 334

El jefe del destacamento Grappa muestra a la ministra las lanchas salvavidas que lanzan al agua cuando hay migrantes en peligro. da tomar sus decisiones y ordenar a las unidades navales que hagan una cosa u otra», explica el jefe del destacamento. Las capacidades del avión permiten identificar y capturar a los traficantes. «Con las fotos que mandamos es posible hacer un reconocimiento facial de la persona. Además, una vez que localizamos a un traficante, lo posicionamos hasta que llegan las unidades navales», añade. Cuando ven alguna embarcación con migrantes, «informamos del estado de flotabilidad, las personas que viajan a bordo y si hay algún buque atendiéndolas ». A partir de ahí la misión puede derivar en un sentido u otro, explica el teniente coronel Zaragoza. «Nos pueden pedir que nos quedemos en la zona observando o que vayamos a otro sitio». Porque, aunque la misión principal del destacamento Grappa es detectar, identificar y hacer un seguimiento de las embarcaciones sospechosas de estar relacionadas con el contrabando o tráfico de migrantes, si se topan con una situación de emergencia, en la que hay vidas en peligro, «eso pasa a un segundo plano y nos centramos en solucionarla», puntualiza el jefe del destacamento. De hecho, sólo en el mes de octubre, tuvieron que lanzar tres lanchas salvavidas con un kit de supervivencia desde el avión. «En una ocasión, porque los migrantes se lanzaron al agua huyendo de un fuego que se había declarado en su embarcación. En las otras, la balsa se había deshinchado y la gente había caído al mar». El jefe del contingente asegura que es una misión dura, con muchas horas de vuelo. «Normalmente salimos tres veces a la semana y solemos estar ocho horas en el avión. La gente llega cansada pero muy satisfecha y contenta porque lo que está haciendo tiene frutos inmediatos». Los primeros componentes del destacamento Grappa llegaron a Sigonella el 18 de septiembre de 2015 y, desde entonces, han realizado 177 misiones con un total de 1.210 horas de vuelo. Antes de abandonar la base, Cospedal reiteró al contingente el orgullo que sentía por el trabajo que realizan. «Queremos darles las gracias porque, además de defender a España y los intereses nacionales, realizan una labor humanitaria de primerísimo orden. A una se le llenan los ojos de lágrimas y el corazón de emoción. Seguro que a ustedes les ha pasado lo mismo en algún momento». Elena Tarilonte Fotos: Pepe Díaz Los sensores del D-4 Vigma permiten, hacer reconocimientos faciales de las personas que viajan en las lanchas para, así, poder identificar a los traficantes. Diciembre 2016 Revista Española de Defensa 17


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