Una familia de refugiados que ha huido de la guerra en Siria llega al aeropuerto Djerba en Túnez tras ser evacuada por un avión WC-130 J del US Air Force Africa. Hay además otras tres bases de drones de vigilancia, una en Chad, otra en Ougagoudou (capital de Burkina Faso) y la tercera en Etiopía (en la localidad de Arba Minch), con misiones similares: sus Predator y Reaper proporcionan datos al mando del Africom y los gobiernos locales sobre mafias o terrorismo. Sobre el terreno y en misiones concretas, hay fuerzas de operaciones especiales desplegadas en Nigeria y Chad para colaborar en la lucha contra Boko Haram y en la búsqueda de las 200 niñas secuestradas hace más de dos años y que, en su mayoría, siguen en manos de los yihadistas. Hay, además, unidades estadounidenses en la República Centroafricana, Camerún y Uganda para ayudar en la búsqueda de los terroristas de la Resistencia del Señor liderados por Joseph Kony (una guerrilla que lleva años aniquilando y sembrando el terror en la zona). También para la búsqueda de Kony se ha instalado una base aérea en la localidad ugandesa de Entebbe, desde donde opera un avión de vigilancia PC-12. En Congo, miembros del Africom dan respuesta al éxodo y el drama humanitario provocado por la guerra civil. En Somalia hay cerca de un centenar de soldados entrenando y asesorando a las fuerzas gubernamentales en la lucha contra Al Shabab, misión en la que también colaboran los efectivos de la instalación Camp Simba, ubicada en Kenia muy próxima a la frontera somalí. En Libia, además de bombardeos selectivos contra las posiciones del Daesh, hay dos unidades de fuerzas especiales ubicadas en las ciudades de Misrata y Bengasi. En Malí hay operativos de EEUU desplegados para luchar contra los yihadistas y colaborar con la misión de la Unión Europea en la estabilización del país. Otro de los grandes cometidos del Mando es la formación e instrucción de las fuerzas armadas locales. En concreto el programa ACOTA (Africa Contingency Operations Training and Assistance) creado por la Secretaría de Estado norteamericana en 2008, aporta mentores militares, asesores e instructores a todos aquellos países que formen parte de alguna misión de paz o deseen formar unidades militares específicas para integrarse en la Unión Africana. En este sentido y, más concretamente para fomentar la interoperabilidad con los países africanos y el resto de los países del entorno, el Mando norteamericano en África organiza y coordina una serie de maniobras combinado conjuntas. Son grandes ejercicios que se realizan cada año, y entre los que destaca el Flintlock (que se realiza desde el año 2006 en Mauritania y en el que participan fuerzas especiales de países de las dos orillas del Mediterráneo, entre ellas España), el African Lion (bilateral con Marruecos) y el Cultas Express (con unidades navales del Magreb), También son un pilar importante en las funciones del Africom los programas destinados a la asistencia sanitaria y la ayuda humanitaria. Hay proyectos de formación, hospitales y campañas específicas permanentes (como el de la lucha contra el SIDA) y otros para situaciones de emergencia (especialmente significativa fue la colaboración de fuerzas e instalaciones del Africom durante la epidemia de ébola del año 2014). TRABAJO CONJUNTO Al margen de lo que pueda o no limitar la nueva administración norteamericana — con las evidentes incógnitas que está generando el recién designado presidente, Donald Trump— la implicación de Estados Unidos en la estabilidad de África ha sido una de las prioridades en su estrategia de seguridad desde el 11 de septiembre. «Invertir en la próxima generación», fue el sugerente lema de la primera Cumbre Estados Unidos-África, celebrada en Brendan Stephens/AFRICOM El buque USS McFaul, asignado al mando naval del Africom, durante una operación de rescate de inmigrantes en el Índico, frente a las aguas de Somalia. Cory Phels/EFE 48 Revista Española de Defensa Febrero 2017
REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 336
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