T TIERRA Nº 4 | NOVIEMBRE 2015 NACIONAL 14 odos siguieron este proceso: el NH-90, el Tigre, el Pizarro... Un buen día no fueron más que una idea en la mente de algún jefe o analista hasta que, tiempo después, iniciaron su actividad en las unidades. Esto siempre se produce como respuesta a unas necesidades operativas, detectadas en un momento determinado, que deben ser cubiertas para garantizar el cumplimiento de la misión. Esta inquietud de mejora, que cualquier unidad del Ejército puede elevar y que se plasma como una propuesta por parte del Estado Mayor del Ejército de Tierra (EME), es estudiada por el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), quien la armoniza con las peticiones surgidas también de la Armada y el Ejército del Aire. Algo necesario y comprensible ya que la mayor parte de nuestras misiones suelen desarrollarse en un entorno conjunto. De esta fase, digamos, conceptual (documento de necesidad operativa), se pasa a la que se denomina fase de definición. En ella, el EME establece el objetivo —qué queremos concretamente y cuántas unidades— y lo plasma en un informe (objetivo de ca- Texto: Clara Beni Fotos: Luis Rico (DECET)
Tierra Edición Digital 4
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