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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 112

LA PARTICIPACIÓN DE LOS TERCIOS VASCONGADOS… 153 un subayudante igualmente en cada tercio, que hablaría el vascuence, y por último, los mandos subalternos (sargentos segundos y cabos). Los abanderados y los subayudantes serían jóvenes voluntarios de familias distinguidas del país, sumando un total de 8 plazas que tendrían carácter de oficiales mientras durase la guerra. Esta idea, que venía sin duda apo-yada por el general Latorre, fue muy bien acogida por los diputados a Cortes y comisionados forales en Corte, que la consideraron una solución satisfactoria y feliz y quedaron “muy complacidos”43. En consecuencia, las corporaciones vascas elevaron sus propuestas de abanderados, suba-yudantes, médicos cirujanos, capellanes y pagadores, que fueron apro-badas por reales órdenes del Ministerio44. Álava designó los empleos del 1.er Tercio, Guipúzcoa los del 2.º y Vizcaya los del 3.º. En  el caso del 4.º Tercio (de composición mixta, vizcaíno-guipuzcoana), el subayudan-te y el capellán fueron designados por Guipúzcoa, y el abanderado y el médico-cirujano por Vizcaya. Mencionemos que el abanderado del 2.º Tercio, Anselmo Rezola (natural de Oyarzun, Guipúzcoa), fallecería después de la victoriosa batalla de Guad-Ras a causa del cólera. El haber de los mandos corría íntegramente a cuenta del Gobierno, ya que él los nombraba (desde el general jefe hasta, pensamos, los sar-gentos primeros). En cuanto al resto del personal, sus haberes y raciones correspondían a las Provincias mientras permaneciese en ellas, y al Es-tado en cuanto saliese de las mismas (conforme a los usos y costumbres forales). Inicialmente, las Diputaciones reunidas en “conferencia foral” el 4-11-1859 señalaron a los soldados 2 rs. diarios, 3 a los cabos y 5 a los sargentos durante el tiempo que estuviesen en su territorio, aunque de inmediato cada provincia tomó sus propias disposiciones. Así, al menos Guipúzcoa y Vizcaya asignaron 6 rs. diarios a los soldados, 6,5 a los 43  Carta de Uhagón a la Diputación vizcaína, 1-12-1859 (AFB, Guerra de Áfri-ca,  32). 44  Más detalles sobre estas designaciones en AGMM, Fondo de la Capitanía Gene-ral de las Provincias Vascongadas, 6035.11; AFB, Guerra de África, núms. 59, 33, y 28/3; AGG, JD, IT, 2362, 2; AGG, JD, IT, 2363 a, 2. Las Diputaciones eligieron a los médicos y capellanes entre los facultativos y sacerdotes que se presentaron voluntarios para ejercer estas plazas. Los capellanes finalmente fueron: 1.er Tercio, Juan José Goicoechea, sacerdote en la parroquia de Hernani (fue nombrado por la Diputación guipuzcoana por delegación de la alavesa, cuando este Tercio estaba ya preparado para embarcar); 2º Tercio, Ramón Arbildi, n. Tolosa, profesor de moral en la Facultad de Filosofía de Alcalá de Henares; 3.er Tercio, Evaristo Garechana, n. Bilbao, cura rector del Hospital Civil de la misma villa; 4º Tercio, Enrique Berroeta. n. Vergara, donde ejercía como capellán. La Diputación guipuzcoana instaba a estos capellanes a “inculcar continuamente los sentimientos de honradez, de amor a la patria, de obediencia a los superiores, y de humanidad con sus propios enemigos”.


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