Page 164

REVISTA DE HISTORIA MILITAR 112

LA PARTICIPACIÓN DE LOS TERCIOS VASCONGADOS… 169 – 27-2-1860: a las 7 horas salen de Algeciras. Desembarcan en la playa de Tetuán. A las 13 horas los Tercios se encuentran, por fin, en suelo africano. – 28-2-1860: son revistados por O’Donnell, que los encuentra lógica-mente faltos de instrucción78. Quedan de guarnición en el campamento de la Aduana (Fuerte Martín), situado en el camino entre la costa y la ciudad de Tetuán. – 7-3-1860: a las 12 de la mañana, jura de bandera de los cuatro Tercios. Durante la homilía de la misa, el capellán del 2.º Tercio (Ramón Arbildi) “pasó la vista ligeramente por nuestra última guerra civil, an-helando que se cubriese para siempre con negro crespón de olvido, ante la magnífica epopeya que se estaba inaugurando”79. Una tardanza controvertida En la prensa nacional se vertieron comentarios ácidos e irónicos so-bre el largo período de espera hasta que estas fuerzas llegaron finalmen-te a África80. Ello era reflejo de los recelos de una prensa ampliamen-te precavida frente a los Tercios por motivo de unas exenciones forales que se veían como anacronismos injustos para el resto de la nación, y además ineficaces para la defensa nacional. En efecto, si al inicio de la guerra se echaron en cara a estas provincias sus privilegios y exenciones 78  El periodista José María Ugarte, voluntario en el 3.er Tercio, reconocería que al llegar a África después de quince días en San Fernando, no estaban sobrados de adiestramiento, en cuanto a la precisión de los movimientos (Euscalduna, 7-6- 1860). 79  Irurac Bat, 16-3-1860; La España, 20-3-1860. La fórmula de juramento fue la siguiente: “¿Juráis a Dios y prometéis a la Reina seguir constantemente sus ban-deras, hasta derramar la última gota de vuestra sangre, y no abandonar al que os esté mandando en acción de guerra, o disposición para ello?”. “Sí, juramos”. Añadiendo los capellanes: “En cumplimiento de mi ministerio ruego a Dios, que si así lo hicieseis, os lo premie; y si no, os lo demande”. 80  Se llamó a los Tercios las “dalias de la paz” (en alusión a que estas tropas –cuya boina roja con una chapa central dorada recordaba, en efecto, a unas dalias– llegarían justo para celebrar el final de la guerra); se recordó la canción “Mam-brú” (“Mambrú se fue a la guerra./... no sé cuándo vendrá”); etc. (GARCÍA FI-GUERAS, Tomás: La Guerra de África de nuestros abuelos (1859-1860). CSIC, Madrid, 1961, p. 103. Del mismo autor: “Los Tercios Vascongados”, en ABC, 9-2-1960, p. 23). Sixto M.ª Soto, teniente coronel de Ingenieros, señalará en 1897 que “al terminar la campaña de África oíase extendido rumor acusando a las Provincias Vascongadas de tibias en su entusiasmo, y de tardas y perezosas en acudir a los campos de África”, lo que este mismo autor consideraba infundado y producto del desconocimiento de los hechos (El Tercio alavés…, cit., p. 31).


REVISTA DE HISTORIA MILITAR 112
To see the actual publication please follow the link above